El Palacio de la Diputación de Ciudad Real ha amanecido hoy cubierto con un manto de morado, un gesto simbólico que busca rendir homenaje a las víctimas de la violencia contra la mujer y de los niños asesinados por violencia vicaria. Este conmovedor acto ha servido como apertura de una ceremonia institucional que ha comenzado con un minuto de silencio, una pausa solemne para recordar a las mujeres y menores que han perdido la vida, con un énfasis especial en la última víctima de este fin de semana y en Cándida, una vecina de Aldea del Rey asesinada en febrero.
La ceremonia ha contado con interpretaciones musicales y un poderoso monólogo que cautivó a los presentes, instándoles a reflexionar sobre el impacto de esta violencia. Miguel Ángel Valverde, presidente de la Diputación de Ciudad Real, ha pronunciado un discurso en el que enfatizó la necesidad de la unidad política y social para erradicar esta lacra, afirmando: “Nos reunimos hoy en torno a una causa que nos exige lo mejor de cada uno de nosotros”.
Valverde no solo destacó la devastadora estadística de 2024, con 41 mujeres asesinadas en España y 24 niños que quedaron huérfanos, sino que también puso en evidencia que estas cifras apenas reflejan el alcance del problema. Recordó el papel crucial de las fuerzas de seguridad, a quienes agradeció su dedicación, pero insistió en que la responsabilidad de enfrentar esta tarea corresponde a toda la sociedad.
El presidente abogó por un enfoque que no solo ataje las consecuencias, sino también las causas, destacando el papel fundamental de la educación en la formación de futuros ciudadanos que rechacen la violencia de género: “Es en la niñez y en la adolescencia donde se deben sembrar los valores de respeto, igualdad y solidaridad”.
Por su parte, María Antonia Álvaro, diputada provincial de Igualdad, reforzó el mensaje de compromiso colectivo, subrayando la estructura global y profunda de la violencia de género. A través de la lectura de una declaración institucional, abogó por una mejora en la respuesta integral a las víctimas, apoyándose en un reciente avance legislativo europeo como un modelo a seguir.
El acto alcanzó su momento más emotivo con el monólogo “Ferocidad”, interpretado por Elena Mora Talavera, y con la música que resonó en el palacio, canciones que fueron descritas por la vicepresidenta segunda de la Diputación, Sonia González, como mensajes llenos de esperanza y llamados a la acción.
Finalmente, el simbolismo florístico rindió homenaje a las vidas perdidas este año, con rosas malvas para las mujeres asesinadas y flores dedicadas a los menores víctimas de la violencia vicaria. Sonia González enfatizó que el evento no solo busca recordar, sino reafirmar un compromiso colectivo: “Un compromiso firme y compartido para seguir luchando por erradicar este tipo de violencia que no debería tener cabida en nuestro tiempo”.
El acto concluyó con una ovación unánime de los asistentes, quienes salieron reafirmados en su determinación de construir un futuro donde la dignidad y el respeto hacia las mujeres sean una realidad inquebrantable.
Fuente: Diputación de Ciudad Real