El presidente de Estados Unidos ha emitido un nuevo decreto que busca consolidar la eficiencia a través de la preparación en niveles estatales y locales, considerando que estos son fundamentales para la seguridad nacional y la resiliencia del país. Este enfoque gira en torno a la premisa de que los gobiernos estatales y locales deben tomar un papel activo, apoyados por una administración federal que actúe de manera competente y accesible.
En un momento donde las amenazas son cada vez más complejas y variadas, estos esfuerzos buscan optimizar la infraestructura estadounidense, fomentando decisiones que mejoren la respuesta ante desafíos como ciberataques, desastres naturales y otros riesgos emergentes. Este enfoque no solo beneficiaría a la seguridad nacional, sino que también se estima que sería un alivio en la carga fiscal para los ciudadanos, al permitir que cada nivel de gobierno actúe en función de sus capacidades y conocimientos sobre las necesidades locales.
El decreto se articula en varias secciones que detallan la transición hacia un enfoque de resiliencia en la infraestructura crítica del país. Se establecen plazos para la formulación de una Estrategia Nacional de Resiliencia, cuya revisión será periódica, con el fin de ajustarse a un panorama de amenazas en constante evolución. Además, se enfatiza la necesidad de modernizar y simplificar las políticas de continuidad nacional, así como también de revisar y actualizar las políticas de preparación y respuesta ante emergencias.
Entre las directrices propuestas, se destaca el desarrollo de un Registro Nacional de Riesgos que aspire a identificar y cuantificar las amenazas a la infraestructura nacional, permitiendo así una mejor asignación de recursos tanto a nivel federal como estatal y privado. Este enfoque se extiende también a la creación de un marco que garantice una comunicación más efectiva entre los gobiernos locales y el federal, mejorando así la comprensión de los roles y responsabilidades.
A medida que el plazo del decreto se acerca, los líderes en las agencias relevantes serán esenciales para promover estos cambios, buscando ofrecer un enfoque más cohesivo y estratégico que permita a Estados Unidos enfrentar mejor los desafíos actuales y futuros en materia de seguridad y preparación. Esta iniciativa representa un compromiso por parte de la administración actual con la mejora continua y la adaptabilidad, apuntando hacia un futuro más seguro y resiliente para la nación.
Fuente: WhiteHouse.gov
