Las tecnologías impulsadas por la inteligencia artificial (IA) han generado una transformación en la sociedad a nivel mundial. Estas tecnologías tienen el potencial de promover los derechos universales, mejorar el bienestar humano y ser un elemento igualador para empoderar a los individuos. En este contexto, los humanos digitales se presentan como una alternativa para hacer frente a problemas de acoso laboral, discriminación o desigualdad. Los humanos digitales tienen la capacidad de ofrecer un 100% de confidencialidad y estabilidad emocional en situaciones de desigualdad laboral y acoso sexual. Entre las ventajas que ofrece esta tecnología se encuentra la disposición de las personas a compartir información confidencial, la reducción de temores ante el juicio externo de superiores y compañeros de trabajo, y la estabilidad emocional frente a potenciales conflictos. En definitiva, los humanos digitales pueden contribuir al crear un entorno laboral más justo y equitativo.