La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, y la recién nombrada directora general de la Fundación Monte Madrid, Amaya de Miguel, han presentado este martes Alcántara, fruto de la restauración de la torre medieval del puerto, uno de los elementos más emblemáticos de la isla de Alcántara. El sistema de fortificación de la ciudad de Toledo. Durante la actuación, también se entregaron certificados de graduación a alumnos de escuelas de formación y empleo que participaron en la obra.
Milagros Tolón enfatizó que, a través de esta acción, se pueden lograr varias metas. Por un lado, “Formamos a jóvenes para mejorar su empleabilidad, recuperamos tradiciones”, en el espacio asociado al octavo centenario de Alfonso X, se ha añadido al catálogo de la ciudad un nuevo atractivo turístico que descongestiona el habitual abarrotado itinerario .
Además, «estamos despejando una nueva perspectiva en un entorno paisajístico, natural y rico en patrimonio», dijo el alcalde, quien agradeció la iniciativa a la Fundación Monte Madrid, destacando que con este proyecto «estamos aunando el pasado con el futuro “jóvenes” que se forman para incorporarse al mundo del trabajo.
Por su parte, Amaya de Miguel se mostró satisfecha de que su primera acción institucional como directora general de la Fundación Monte Madrid haya sido en Toledo, y que «el proyecto representa dos de las identidades más relevantes de nuestra fundación: la acción social y educativa, en primer lugar, aquí creando una escuela taller para dar a los jóvenes la formación de oficios que tanto necesita la ciudad, zonas importantes, y Toledo lo entiende perfectamente”.
También destacó que «la datación por carbono 14 del rastrillo que acabamos de recibir fue un descubrimiento inesperado», «colocándolo como uno de los rastrillos de construcción defensiva más antiguos del mundo».
Hallazgos relacionados
Según ha explicado Gabriel Morat, responsable de patrimonio de la Fundación Monte Madrid, los trabajos de restauración han dado lugar a un hallazgo arqueológico relacionado, que ya es de sobra conocido en el acto: la datación por carbono 14 de la puerta original de la puerta de la torre que la convierte en posible situarla entre 1156 y 1266, lo que sugiere que es una de las fechas fiables más antiguas de Europa.
Una puerta es un elemento defensivo que, aunque conocido en la antigüedad, se hizo popular a finales de la Edad Media, una puerta que se desliza verticalmente entre grietas laterales para bloquear rápidamente una entrada a una fortificación. En este caso, su gran importancia no es sólo defensiva sino también estratégica, ya que en esta puerta de la torre confluyen los caminos del este y del sur del otro lado del Tajo, así como los fiscales (levy pontazgo tax), policiales y sanitarios. ya que ayuda a aislar las ciudades en tiempos de pandemia.
Con seguridad, el rastrillo de este torreón es coetáneo a la construcción del torreón, fechada en 1214. Los muy pocos rastrillos que se conservan en la actualidad en el mundo son o bien del siglo XIV o bien reconstrucciones contemporáneas y están realizados con listones de madera de madera de hierro a modo de reja.
El hecho de que este rastrillo esté compuesto por pesados tablones de madera y de que se haya conservado a lo largo de los siglos convierte en más insólito aún el hallazgo. Además, gracias a esta restauración se ha reconstruido su mecanismo de izado en el cuerpo superior de guardia del torreón, permitiendo así que la visita sea más atractiva, didáctica y excepcional.
La restauración del torreón
El Puente de Alcántara de Toledo es uno de los más importantes elementos del complejo y variado sistema de fortificación de la ciudad. Su origen se remonta a época romana, si bien la primera noticia en crónicas históricas data del año 788. No obstante, el puente actual se debe a una reconstrucción en época de Alfonso X acometida tras los estragos que un gran diluvio provocó en 1259.
El torreón occidental, cuya construcción las referencias históricas sitúan en 1214, es un auténtico “hito” visual en la ciudad de Toledo. Se trata de una torre-puerta exteriormente ejecutada con fábrica de sillería granítica, con una altura sobre su nivel de arranque en la ribera que supera en algunos puntos los 30 metros.
El proyecto de restauración dirigido por la Fundación Montemadrid ha recuperado la gran estancia superior y el sistema defensivo completo de esta torre-puerta. Los trabajos ejecutados hasta el momento se han realizado en la terraza superior (completado de cúspides de almenas, recrecido parcial de las faltantes, colocación de quitamiedos, reejecución de la parte perdida del adarve, colocación de luminarias, sustitución de piezas de solado deterioradas y reparación de poterna de salida,…); en la escalera de acceso a la azotea y en la sala de cuerpo de guardia (pasamanos, iluminación y señalización, restauración de peldaños, mallas de protección antiaves, descegado manual de arcos, etc); y en el rastrillo (análisis, reparación, estudio y consolidación).
Así mismo, esta intervención ha permitido redescubrir la buhedera practicada en una de las bóvedas y los orificios practicados en las dos bóvedas que probablemente sirvieran para disponer contrapesos que aligeraran las maniobras del rastrillo.
Segunda fase
Terminadas estas labores, enteramente realizadas por los alumnos de la Escuela de Formación y Empleo, a partir de ahora dará comienzo una segunda fase de restauración de la mano de especialistas: restauración de bóvedas, analítica y restauración de inscripciones presentes en el conjunto de lápidas con epigrafía para el repincelado de letras y diseño del plan de visita pública, comunicación y difusión.
Todo ello supondrá la puesta en valor de este monumento, proporcionando la contemplación de un elemento de arquitectura militar medieval excepcional, con el añadido de una gran estancia con miradores inéditos sobre el Tajo y la ciudad de Toledo para disfrute de sus visitantes. La visita permitirá llegar desde el nivel del puente hasta el piso primero y a partir de éste, una vez contemplado el rastrillo y su funcionamiento, acceder al terrado con su adarve o andador perimetral.
El Ayuntamiento y Montemadrid son las responsables de este proyecto que es mucho más que una acción de conservación del Patrimonio, puesto que uno de los objetivos del convenio firmado entre ambas instituciones en 2019 ha sido formar y ofrecer una alternativa laboral a nueve jóvenes desempleados de entre 18 y 30 años.
Con este fin se creó la Escuela de Formación y Empleo Municipal, un centro piloto en el que se impartió formación en albañilería clásica a estos jóvenes en situación de difícil empleabilidad y en la que se alternó el aprendizaje con el trabajo productivo en aquellas labores de restauración del torreón que no requerían de mano de obra especializada.
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