La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), a pocos días de que el equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Toledo dé a conocer el nombre de la empresa que se va a encargar de la limpieza y recogida de basuras, le ha solicitado que conceda esta licitación a una empresa que presente un proyecto que sustituya el actual sistema de ‘bolseo’ por otros como los existentes en otras ciudades históricas, como puede ser el caso de Córdoba, Palma, Vitoria u Oviedo.
De igual modo, y en nota de prensa, ha reclamado a la Administración local que ofrezca a los consumidores herramientas para facilitarles la labor de reciclaje de residuos, en todos los barrios, incluido, evidentemente, el Casco Histórico, así como la incorporación del denominado ‘quinto contenedor’ en toda la ciudad.
Según la OCU, los consumidores cada vez están más concienciados acerca del impacto que generan sus acciones en el entorno, mostrándose más participativos a la hora de llevar a cabo en sus casas una separación de residuos y posterior reciclaje en los distintos contenedores.
«Lamentablemente, los residentes en el Casco Histórico de Toledo no disponen de un sistema de recogida de residuos que permita a los consumidores realizar una segregación eficiente. La falta de contenedores para envases, papel y cartón o vidrio se suma a la inexistencia de los contendedores marrones de materia orgánica, cuya presencia en la ciudad es ya obligada. Así, los vecinos del Casco Histórico deben deshacerse de sus residuos con el sistema ‘todo en uno'», han denunciado.
«A este problema se suma el sistema de ‘bolseo’ empleado para la recogida de basura diaria, consistente en depositar la basura, prácticamente a la puerta de sus portales, en la acera, en mitad de una calle –actualmente en más de 500 puntos sin determinar y sin ningún tipo de señalización– a partir de las 20.00 horas y esperar hasta que llegue la media noche –entre las 24.00 y las 2.00 de la madrugada– para que pase el camión para recoger toda esta basura».
A juicio de la OCU, el sistema de ‘bolseo’ no evita el alto impacto visual que también generan los contenedores tradicionales en un entono histórico. «Una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad que por las noches ve como sus principales y más transitadas calles, se plagan de bolsas de basuras y desperdicios que no solo ensucian y desmerecen sus rincones, sino que lo envuelven de un hedor insoportable, seguido de un foco de infecciones y enfermedades», han condenado.
