Alberto Herranz, director de la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC), ha destacado que el sector porcino dentro de Castilla La Mancha ha llevado a cabo con éxito un proceso de modernización en la última década. Esto ha hecho que las granjas de porcino se hayan convertido en un referente de sostenibilidad y bienestar animal.
15.000 empleos directos
La importancia de este sector radica en su alto volumen de negocio cada año. Actualmente viene facturando más de 1.000 millones de euros, a la vez que genera más de 15.000 empleos directos y 50.000 indirectos. Estos datos lo convierte en una actividad clave contra la despoblación en las zonas rurales manchegas, ya que es aquí donde se ubican el mayor número de estas granjas.
Herranz ha participado esta mañana en La Pueblanueva (Toledo) en el acto de homenaje a los trabajadores del sector porcino de Castilla-La Mancha celebrado bajo el lema ‘De lo que criamos comemos’ en el marco del ‘Día de la Convivencia’ del municipio y del Día de Castilla-La Mancha.
El director de INTERPORC ha expuesto que “el proceso de modernización del sector porcino supuso a las granjas de toda España una inversión superior a los 1.000 millones de euros, gracias a la cual nuestro país fue en 2013 el primero de la UE en cumplir la normativa comunitaria, la más exigente del mundo en cuanto a bienestar animal y respeto al medio ambiente”.
Ha resaltado que “el minucioso trabajo por parte de todos los que componen este sector ha convertido a España en un referente mundial de lo que se conoce como la ganadería moderna, profesionalizada, innovadora, respetuosa con la sensibilidad y necesidades de los animales y enfocada en la reducción del impacto ambiental”.
El sector porcino, comprometido con el cuidado del medio ambiente
El director de INTERPORC ha explicado que la normativa española limita el tamaño máximo de las explotaciones, destacando que “somos el único país del mundo donde desde el año 2000 no se pueden construir granjas de gran tamaño”, por lo que ha negado que se pueda establecer ninguna‘macrogranja’ en España o en Castilla-La Mancha, tal y como pretenden dar a entender colectivos contrarios a la actividad ganadera.
“Los productores de porcino están muy comprometidos con el cuidado del medio ambiente y son muy conscientes de que deben aplicar una serie de técnicas para la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero enfocadas principalmente a la mejora durante el almacenamiento y tratamiento de estiércoles y purines y al ahorro de agua y de energía”, ha detallado.
Herranz ha aclarado que, bajo la premisa de ‘reducir y reutilizar’, el sector ha propiciado mejoras que han reducido de forma importante el impacto en el entorno, como la disminución del volumen de purines y residuos finales superior al 30%, la reducción en más de un 22% de las emisiones de gases de efecto invernadero, o del 30% en el uso de agua por kilo de carne.