En la reciente configuración del ejecutivo español, el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, ha expresado su esperanza en que los proyectos que se están llevando a cabo en su ciudad no experimenten tropiezos ni cambios debido a la influencia de los partidos independentistas de Cataluña. El edil muestra particular preocupación por el desarrollo de obras significativas, como la ampliación a un tercer carril de la carretera que conecta Santa Bárbara con el área del Polígono, la cual, según sus palabras, es esencial para mejorar la movilidad y disminuir los problemas de tráfico, especialmente durante las horas de mayor afluencia vehicular.
Velázquez se ha mantenido proactivo, realizando gestiones previas para acelerar los trámites con el Ministerio de Fomento, enfatizando la importancia del avance de las obras prometidas que repercuten directamente en la calidad de vida de los toledanos.
No obstante, sus comentarios no se detuvieron en el ámbito urbano, sino que también tocó temas de política nacional, poniendo en tela de juicio la idoneidad y autonomía del nuevo gabinete ministerial, sugiriendo que éste estaría subordinado a intereses particulares de figuras políticas que enfrentan procesos judiciales. Además, el alcalde ha citado las recientes manifestaciones del gremio judicial en la ciudad como indicativo de una creciente polarización social vinculada a la gestión del gobierno actual, subrayando que la independencia de los poderes estatales es un pilar fundamental de la democracia española, cuya vulneración considera inadmisible.
Estas declaraciones de Velázquez resaltan la inquietud local frente a la incertidumbre política nacional y el riesgo percibido de que dicha inestabilidad podría tener implicancias directas en la ejecución y mantenimiento de proyectos críticos para el progreso y bienestar de los habitantes de Toledo.
