La presencia de la planta de jade en el entorno doméstico no solo aporta un toque estético, sino que, de acuerdo con el Feng Shui, también actúa como un catalizador de prosperidad y buenas energías. Esta disciplina ancestral china subraya la importancia de la colocación de la Crassula ovata para optimizar sus efectos benéficos.
Valorada en la cultura asiática tanto por su facilidad de cuidado como por su simbología de abundancia, la planta de jade debe situarse estratégicamente para atraer la fortuna. Específicamente, los entendidos en Feng Shui aconsejan ubicarla en la esquina sureste de la vivienda, área tradicionalmente vinculada con la riqueza y la prosperidad.
La condición de la planta también juega un papel central en su capacidad para atraer energías positivas. Hojas verdes y sanas son indicadores de vitalidad y bienestar. Asimismo, el entorno de la planta debe mantenerse limpio y ordenado, evitando desechos que puedan obstaculizar el flujo de energía benéfica.
Además del sureste, otro sitio efectivamente aconsejado para la planta es la entrada principal del hogar. En esta posición, se cree que la planta de jade facilita la recepción y retención de buenas energías desde el exterior. El baño y los espacios oscuros, por otra parte, son lugares que debieran evitarse para no bloquear el flujo energético.
El Feng Shui también recomienda complementar la planta de jade con elementos acuáticos, como fuentes o acuarios, que simbolizan abundancia y pueden potenciar el crecimiento tanto personal como financiero de los habitantes del hogar.
Así, según los principios del Feng Shui, al prestar atención a la ubicación de la planta de jade, no solo se mejora el ambiente del hogar, sino que también se potencia la buena fortuna de sus residentes.
