El doctor Dennis Slamon, director del Jonsson UCLA – Comprehensive Cancer Center en Los Ángeles, considerado el padre de una de las grandes revoluciones terapéuticas contra el cáncer de mama, asegura que las terapias dirigidas aún pueden aportar más en la mejora del control de este tumor. Así lo ha expresado en Toledo, donde se celebra el 12º Simposio Internacional del Grupo GEICAM, una de las citas de referencia sobre este tumor que se celebra cada dos años. Gracias a las investigaciones de Slamon, por primera vez se pudo disponer de tratamientos específicos que, a diferencia de la quimioterapia, estaban diseñados a partir del conocimiento molecular del tumor. Con sus trabajos empezó a tomar forma el concepto de medicina personalizada.
El doctor Slamon ha recordado en el simposio el impacto que supuso la introducción a principios de este siglo de las terapias diana cuyo desarrollo inicial él lideró desde el laboratorio. “Cuando dimos con la terapia adecuada conseguimos cambios muy significativos en la reducción de recaídas. Con trastuzumab, un anticuerpo que actúa sobre los tumores HER2 positivos (20% de todos los casos), pudimos cambiar la historia natural de la enfermedad en este subtipo que precisamente presentaba el peor pronóstico logrando un cambio radical en la supervivencia de estas pacientes. Lo mismo se puede decir cuando se dispuso de tratamientos que actúan sobre receptores hormonales. En estos casos, se duplica el periodo libre de progresión. Son resultados muy buenos pero podemos tratar de que sean aún mejores. La clave es dar con el tratamiento correcto para la paciente correcta”.
Asimismo el doctor Slamon se ha mostrado optimista respecto al objetivo de poder cronificar la enfermedad metastásica cuando ya no cabe la curación. “Es algo posible cuando se dispone de tratamientos como los inhibidores de ciclinas para pacientes con receptores hormonales, porque provocan mínimos efectos secundarios y garantizan una buena calidad de vida. Solo de ese modo es factible que haya pacientes que lleven recibiendo este tipo de tratamientos durante varios años sin que el tumor progrese y sin los efectos adversos propios de la quimioterapia, como caída del cabello, náuseas, diarrea…”.
El doctor Miguel Martín, presidente de GEICAM y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, ha definido al doctor Slamon como “la figura más relevante en la investigación del cáncer de mama y alguien crucial para GEICAM gracias a la colaboración de nuestro grupo con TRIO (Translational Research In Oncology). Nos ha ayudado y hemos crecido con él como Grupo. En la actualidad, colaboramos en dos estudios con la participación de más de 4.000 pacientes”. El propio Slamon ha elogiado las ventajas de cooperación entre los dos grupos. “El trabajo conjunto es esencial. Incrementa el número de objetivos a estudiar y está consiguiendo que sigamos avanzando en la personalización de las terapias. Nos falta mejorar la situación de las pacientes triple negativo y ver cómo revertir el problema de las resistencias. Asimismo aún necesitamos más estudios para lograr que la inmunoterapia pueda tener un impacto comparable al logrado frente a otros tumores. Hay investigaciones en marcha y habrá que esperar”.
El doctor Martín concede la misma importancia a la investigación para seguir avanzando: “La labor realizada desde el Grupo GEICAM permite el desarrollo de programas de investigación clínica para el hallazgo de terapias que puedan controlar la enfermedad, pero es necesario continuar impulsando el trabajo en equipos multidisciplinares con oncólogos médicos y otros especialistas para seguir mejorando en el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Además, consideramos imprescindible para el avance de la investigación en cáncer de mama que los expertos compartamos las novedades y conocimientos sobre la patología”.
De la misma opinión es el doctor José Ignacio Chacón, jefe del Servicio de Oncología del Complejo Hospitalario de Toledo, miembro del comité ejecutivo del Grupo GEICAM y uno de los coordinadores del evento. “Cualquier progreso es solo posible gracias a la investigación clínica, epidemiológica y traslacional, que para los oncólogos castellano manchegos es una prioridad y la mejor opción a ofrecer a nuestros pacientes y al sistema, por el impacto en la calidad de vida de las pacientes, el aumento de la eficacia de los tratamientos y la reducción de los efectos adversos”, afirma. En Castilla – La Mancha unas mil mujeres son diagnosticadas cada año de cáncer de mama, con una incidencia similar al resto de España, representando este tumor entre el 25 y el 30% en mujeres.
Para el progreso de la investigación, los propios pacientes deben tomar conciencia de la importancia de participar en ensayos clínicos para contribuir a la búsqueda de nuevas terapias para esta enfermedad. “Estos estudios suponen la mejor oportunidad para las mujeres, que como mínimo siempre van a recibir el mejor tratamiento que haya disponible, y además con mayor vigilancia sobre su evolución. Mediante los ensayos clínicos, tienen acceso a medicamentos modernos previamente contrastados y a los que de otro modo no podrían acceder, por lo que deben pedir a sus oncólogos que, siempre que sea posible, las incluyan en estos estudios”, apunta el doctor Chacón.
Esta visión es compartida por el presidente de GEICAM: “Conseguir un aumento de los recursos destinados a la investigación y en particular a la académica debe ser una responsabilidad, compartida por todos los agentes sociales, el ámbito público y privado y la sociedad en su conjunto. A diferencia de los países anglosajones, el mecenazgo en España goza de pocos estímulos fiscales, una situación que debería ser abordada por los gobernantes con urgencia”, subraya el doctor Martín.
Considera que únicamente disponiendo de recursos económicos y humanos para investigar será posible el desarrollo de proyectos que logren ofrecer la mejor opción terapéutica a las pacientes y una mejor calidad de vida. “El esfuerzo por investigar es lo que ha conseguido que a día de hoy ocho de cada 10 mujeres, en nuestro país, superen la enfermedad a los cinco años del diagnóstico”, declara.
La revolución de la medicina de precisión
El conocimiento de la biología molecular del cáncer de mama está permitiendo que los tratamientos sean cada vez más específicos y actúen frenando los mecanismos de carcinogénesis (proliferación incontrolada de células) y de progresión del tumor, según el doctor José Ángel García Sáenz, oncólogo médico de la Unidad de Cáncer de Mama del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, vocal de Junta Directiva de GEICAM y coordinador del Simposio. “Ahora hay que continuar con la determinación de biomarcadores que nos ayuden a identificar qué pacientes se va a beneficiar de las innovaciones terapéuticas y a cuáles podemos ahorrar una exposición perjudicial a medicamentos que no necesitan”, señala.
El estudio de los biomarcadores está contribuyendo a tener un mayor conocimiento sobre la caracterización de la enfermedad y el riesgo de recaída, así como saber la probabilidad de que la paciente responda o no a un determinado tratamiento. La biopsia líquida no invasiva también juega un papel esencial, por identificar en tiempo real la situación de la mutación de las células o cambios en sus genes. “Esto nos permite anticiparnos a nuevos cambios y a revertir las resistencias a los medicamentos con la adaptación de los tratamientos”, afirma García Sáenz.
Como desafíos terapéuticos para un futuro inmediato, este experto destaca: “En etapas iniciales, el reto es intentar identificar a las pacientes que mejor van a responder a los tratamientos, para ser más precisos y eficaces con las terapias disponibles. Por otro lado, en cáncer metastásico, lo que buscamos es cronificar la enfermedad, monitorizando en tiempo real los cambios que se producen en las células tumorales”.
El cáncer de mama en España
En España, una de cada ocho mujeres sufrirá cáncer de mama a lo largo de su vida. Se trata del tumor más frecuente en las mujeres occidentales, estimándose que en Europa la probabilidad de desarrollar un cáncer de mama antes de los 75 años es del 8%.