En una reciente aparición en el programa de Telecinco, «¡De viernes!», Carlo Costanzia, hijo de Mar Flores, se hizo eco de las diversas críticas que su relación con Alejandra Rubio, hija de Terelu Campos, ha suscitado dentro del ámbito mediático. El encuentro, que se llevó a cabo la noche del 10 de mayo, sirvió de plataforma para que Costanzia abordara directamente los comentarios adversos emitidos por algunos colaboradores de la cadena, particularmente por Alessandro Lequio, quien mantuvo en su momento una relación clandestina con su madre en los años 90.
Lequio, conocido por su firme oposición a la relación entre Costanzia y Rubio, expresó preocupación por la pasada condena por estafas de Costanzia, argumentando que como padre, se alarmaría si su hija estableciera una relación con alguien con antecedentes penales. Sin embargo, en respuesta, Costanzia subrayó la importancia de ofrecer segundas oportunidades y la capacidad de las personas para enmendar errores y cambiar su rumbo.
Durante su estancia en el programa, presentado por Santi Acosta y Beatriz Archidona, Costanzia se mostró firme al declarar que no respondería a todas las opiniones sobre si debería o no estar en una relación, añadiendo que preferiría no juzgar las relaciones de los demás. Este comentario vino justo antes de que Archidona le preguntase si había alguna crítica que le hubiese «molestado en particular», a lo cual Costanzia respondió directamente a Lequio, criticando su comportamiento y su manera de comunicarse en los programas de televisión.
Además, hizo alusión a ciertas actitudes pasadas de Lequio y su manera de juzgar y opinar sobre personas a las que luego critica, mencionando tanto a su madre como a Terelu Campos en el contexto de esas críticas.
La situación se vuelve más complicada cuando se considera el trasfondo de las relaciones familiares y mediáticas involucradas, provocando un intenso debate público. La entrevista de Costanzia no solo arrojó luz sobre su defensa de su relación con Alejandra Rubio sino también sobre la dinámica de confrontación en el circuito de programas de corazón. Lo cierto es que este evento ha agregado otro capítulo a la ya intrincada narrativa de las figuras públicas y sus interacciones dentro del ecosistema mediático español.
