Las economías de Estados Unidos y el Reino Unido están a punto de experimentar un cambio significativo con el lanzamiento del Acuerdo de Prosperidad Económica (EPD, por sus siglas en inglés), un acuerdo diseñado para fomentar la prosperidad compartida entre ambas naciones. Este nuevo esfuerzo, fruto de la colaboración entre el presidente y el primer ministro británico, busca fortalecer la relación económica que históricamente han mantenido y que se ha visto afectada por diversos factores en las últimas décadas.
El objetivo central del EPD se enfoca en tres áreas clave: aumentar el volumen y la calidad del comercio bilateral, eliminar las barreras que limitan las operaciones de las empresas en ambos países, y establecer un marco de colaboración económica que sea justo, recíproco y orientado hacia el futuro. Ambas naciones ven en este acuerdo una oportunidad para crear empleos de calidad y estimular el crecimiento económico en sus respectivos territorios.
Uno de los aspectos más destacados del EPD es su enfoque en la reducción de aranceles. Según el acuerdo, el Reino Unido se compromete a reducir los aranceles aplicados a los productos estadounidenses en áreas de importancia significativa. A su vez, Estados Unidos también se compromete a reducir sus tarifas a productos británicos. Este intercambio no sólo busca facilitar el comercio, sino que también incluye medidas específicas, como la eliminación de aranceles del 20% sobre las exportaciones de carne de res de Estados Unidos al Reino Unido, y la creación de cuotas preferenciales para productos agrícolas.
Además de las cuestiones arancelarias, el EPD también aborda las barreras no arancelarias, buscando mejorar el acceso al mercado agrícola y aumentar la cooperación en estándares de calidad para productos alimenticios y agrícolas. Esto incluye un compromiso para trabajar hacia un mayor reconocimiento mutuo de los estándares de conformidad, lo que podría llevar a un entorno comercial más fluido y beneficioso.
La digitalización también se incluye en el acuerdo, con planes para establecer disposiciones ambiciosas de comercio digital que abarcarán desde servicios financieros hasta el movimiento de bienes. Estos esfuerzos están destinados a modernizar y agilizar los procesos comerciales entre los dos países, permitiendo un intercambio más eficiente en la era digital.
Por otro lado, el EPD reconoce la importancia de la seguridad económica. Ambas naciones se comprometieron a fortalecer su cooperación en este aspecto, abordando políticas no de mercado de terceros países y garantizando la seguridad de las cadenas de suministro. También están en juego cuestiones de propiedad intelectual y prácticas laborales, asegurando que el acuerdo se adhiera a estándares altos en estas áreas críticas.
El compromiso de ambas naciones de continuar las negociaciones y discutir áreas adicionales para la colaboración enfatiza la intención de un enfoque bilateral que beneficie a ambos lados. Este acuerdo tiene como trasfondo un ambiente global de incertidumbre económica y crecimiento competitivo, lo que subraya la importancia de una asociación sólida entre dos de las economías más grandes del mundo.
De acuerdo a lo estipulado, el EPD no se establecerá como un acuerdo legalmente vinculante, pero sí se espera que sentará las bases para futuras discusiones que podrán expandir el acuerdo a otras áreas en los próximos años. La implementación formal de este acuerdo se espera que entre en vigor el 8 de mayo de 2025, marcando el inicio de una nueva era en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y el Reino Unido.
Fuente: WhiteHouse.gov