La novela presenta a Elías, un joven titiritero que, tras la trágica pérdida de sus padres, encuentra en los títeres su único refugio emocional. Aislado en su taller, su vida transcurre en silencio hasta que un encuentro visual con Helena, la dueña de una tienda cercana, trastoca su mundo interior. Desde ese momento, la línea entre la fantasía y la realidad comienza a difuminarse en la mente de Elías, llevándole a una peligrosa espiral de ensoñaciones y alucinaciones en la que su idealización de Helena se entrelaza de manera inquietante con su percepción del mundo real.
Victor Abel Romero Vílchez, el autor de Marioneta, sumerge al lector en un viaje psicológico donde la progresiva decadencia mental del protagonista es tan imperceptible para él como impactante para quienes siguen la historia. A medida que Elías desciende en su locura, sus acciones se tornan cada vez más extremas y la narrativa nos envuelve en una tensión constante, sosteniendo el suspense hasta el desenlace final. Los títeres de Elías, que cobran vida en su imaginación, se convierten en símbolos de su lucha interna y de la frágil realidad que se desploma a su alrededor.
Más allá de ser una pieza de terror psicológico, esta novela plantea una inquietante reflexión sobre los efectos de la soledad y los desafíos de la salud mental. Cuestiona de manera aguda el grado de control que las personas pueden ejercer sobre sus emociones y pensamientos, llevándonos a considerar si podríamos, en algún momento, convertirnos en cautivos de nuestra propia mente.
Con un estilo narrativo que atrapa y una trama que fusiona el thriller con el drama psicológico, Marioneta se establece como una obra cautivadora que desafía al lector y lo deja inmerso en un estado de desasosiego que persiste mucho después de pasar la última página. Esta obra es una lectura obligada para aquellos que disfrutan de relatos intensos, personajes profundamente complejos y narrativas que exploran los oscuros confines de la psique humana.