En un emotivo acto celebrado el Día de San Ildefonso, Patrón de la ciudad de Toledo, el alcalde Carlos Velázquez, presidió la ceremonia de entrega de Honores y Distinciones de la ciudad. En su discurso, Velázquez reconoció la labor de distintas personalidades e instituciones que han contribuido a engrandecer el nombre de Toledo, comparando la responsabilidad cívica de los homenajeados con la figura histórica del patrón San Ildefonso.
Carlos Velázquez, en su primer año como alcalde de la ciudad, se sintió honrado de estar al frente de un evento que resalta el amor por Toledo y sus ciudadanos. Recordó la antigüedad de la celebración en honor a San Ildefonso que, desde 1652, es una festividad oficial en la ciudad, tras la petición al cardenal Baltasar Moscoso y Sandoval por parte del Ayuntamiento de aquella época.
Las distinciones otorgadas reflejaron el compromiso y el legado de ciudadanos ejemplares de Toledo. Entre ellos, Vicente López Ballesteros, un devoto del Corpus que ahora es honrado con un callejón en su nombre, y Damián García-Lozoya, que dejó su huella en el sector de la obra civil.
El acto sirvió también para recordar y honrar a personalidades fallecidas. Cipriano, reconocido de manera póstuma como Hijo Adoptivo de Toledo, dejó un legado de dedicación a los más necesitados. María Jesús Torres, admirable por su carrera como economista y senadora, fue nombrada Hija Adoptiva de la Ciudad.
Esteban Paños, una figura clave en la política local durante los últimos ocho años, fue condecorado como Concejal Honorario, mientras que Mario Arellano fue distinguido como Hijo Predilecto por su labor en preservar y difundir la rica historia toledana.
El joven artista Andrés López Lancha, conocido como ‘Pole’, recibió el título de Ciudadano de Honor, destacando en el ámbito musical y sirviendo como inspiración para la juventud. Por su parte, el Ayuntamiento de Madrid, representado por su alcalde José Luis Martínez-Almeida, fue galardonado con la Medalla de la Ciudad, enfatizando la solidaridad mostrada durante episodios de adversidades como la DANA.
En conclusión, Velázquez afirmó que la verdadera riqueza de una sociedad reside en las personas y sus actos de servicio, exhortando a todos los toledanos a unirse en la construcción de un futuro próspero y un mejor Toledo.
