En un contexto donde el manejo de la economía se ha convertido en eje central del debate político, la administración actual ha presentado recientemente un ambicioso proyecto de ley conocido como el «One Big Beautiful Bill» (OBBB). Este plan busca no solo corregir el rumbo fiscal del país, sino también fomentar el crecimiento económico a través de la implementación de políticas fiscales, que promueven la reducción del déficit en un momento crítico.
Los responsables de la administración destacan que el OBBB incluye un estimado de 1.7 billones de dólares en ahorros obligatorios, lo que lo convierte en el paquete de ahorros más significativo en la historia de Estados Unidos. Comparado con leyes previas como la Ley de Reducción del Déficit de 2005 o la Ley de Presupuesto Equilibrado de 1997, el OBBB presenta una ofensiva fiscal que promete cambios permanentes en las proyecciones de déficit, con la ambición de disminuirlos en al menos 6.6 billones de dólares a lo largo de diez años.
La lógica subyacente a este enfoque radica en evitar el aumento de impuestos por cerca de 3.8 billones de dólares que se produciría tras la expiración de la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos de 2017 (TCJA). Un informe del Consejo de Presupuesto del Congreso (CBO) sostiene que mediante la extensión de esta legislación se lograría un impacto significativamente menor en el déficit proyectado. La administración argumenta que el impacto total del OBBB sería la causa de una reducción general del déficit en más de 1.4 billones de dólares.
Sin embargo, el OBBB no está exento de críticas. Los detractores cuestionan la viabilidad de las proyecciones optimistas y sugieren que la implementación de políticas de gastos en seguridad fronteriza podría desviar los recursos necesarios para otros programas vitales. Además, las reducciones en el déficit mencionadas son presentadas como una ilusión si no se consideran las consecuencias a largo plazo de tales decisiones fiscales.
Por otro lado, el enfoque integral de la administración incluye no solo la OBBB, sino que también abarca un aumento en los ingresos por aranceles y la reducción del gasto discrecional. Todo ello con el objetivo de revertir políticas de la administración anterior que ampliaron los beneficios de asistencia social. Según la administración, el ahorro total podría alcanzar cifras aún más elevadas si se materializan los pronósticos de crecimiento económico, impulsados por una menor carga fiscal y un ambiente regulatorio más favorable.
Con la promesa de equilibrar el presupuesto aún en el horizonte, la administración parece convencida de que el OBBB representa un paso crucial hacia ese destino. No obstante, el éxito de esta iniciativa dependerá de un complicado equilibrio entre la implementación de recortes y la satisfacción de las necesidades sociales. En este escenario, el debate sobre la dirección económica del país está lejos de haber concluido.
Fuente: WhiteHouse.gov