En el corazón de Almagro, la localidad se enorgullece de albergar a un establecimiento emblemático: Ferretería Carmona, una empresa que ha resistido el paso del tiempo, celebrando cien años de historia ininterrumpida. Este hito convierte a la ferretería, no sólo en un testigo del desarrollo comercial del área, sino también en un patrimonio familiar profundamente arraigado en la comunidad.
Fundada en el siglo XIX por don Diego Camacho y adquirida luego por la familia Carmona, la ferretería marcó su legado comenzando en la calle Federico Relimpio con Manuel Carmona Martín Pozuelo en 1915. En 1922, se trasladó a su ubicación actual en la calle Madre de Dios, consolidando su referencia en el municipio.
Narrando la rica historia del negocio, May Carmona, la gerente actual y heredera de la tradición, rememora cómo la tienda ha sido mucho más que un punto de venta. Desde su apertura en horarios no comerciales hasta su rol en eventos especiales de hermandades locales, la ferretería ha demostrado su excepcional dedicación al servicio al cliente. La atención personalizada y el asesoramiento son piezas clave que diferencian a Ferretería Carmona en un mercado que cada vez se inclina más hacia la venta online.
El reconocimiento de la comunidad no se ha hecho esperar, obteniendo premios y homenajes que avalan su influencia positiva tanto en el ámbito empresarial como en el social. Un homenaje a su trayectoria fue la exposición «El valor de la tradición, cien años» en la Casa-Palacio de Juan Jédler, donde se exhibieron documentos históricos y herramientas que cuentan la historia de la ferretería, la cual continúa preservando reliquias como una plancha antigua, un mostrador de 1900, una báscula de los 60 y una bombilla de hace 65 años.
Los empleados de la Ferretería Carmona, como Tomás Sánchez, destacan el valor añadido del comercio local, enfocado en solucionar problemas y ser proactivos en cuanto a tendencias y métodos de venta. La conexión que se forma entre el personal y los clientes trasciende un intercambio comercial convencional, creando amistades e incluso lazos familiares.
La celebración del centenario de Ferretería Carmona trasciende el mero hecho de conmemorar la longevidad de un negocio; es una celebración de la hermandad entre una empresa familiar, un pueblo y su gente, erigiéndose como un símbolo de arraigo y esfuerzo que perdura en el tiempo.
