Un reciente informe de S2 Grupo pone en evidencia que las fake news representan solo una pequeña parte de las complejas campañas de desinformación diseñadas para manipular a la opinión pública. Según José Rosell, CEO de la compañía, estas operaciones están entretejidas de manera precisa para desacreditar figuras públicas e influenciar procesos electorales. El objetivo final es generar confusión y distorsionar los eventos, llevando a la división y manipulación de la sociedad.
El estudio destaca campañas recientes, incluyendo «Doppelgänger» y «Secondary Infektion», ambas con respaldo estatal ruso, además de «Pinball» y «Empire Dragon», relacionadas con intereses de Rusia y China, respectivamente. Otros ejemplos incluyen «Recent Reliable News», vinculada a la guerra entre Rusia y Ucrania, y «Copycop», que implica la creación de medios fraudulentos en varios países occidentales.
El informe también se centra en campañas de desinformación que se relacionan con eventos internacionales de 2024 como los Juegos Olímpicos, elecciones en países clave y la Cumbre del G7. Estas operaciones emplean sofisticadas estrategias multicanal para influir de manera sutil en la percepción pública. Tácticas comunes incluyen la suplantación de medios y agencias gubernamentales, la creación de perfiles ficticios en redes sociales, y el uso de dominios engañosos para que la información falsa adquiera apariencia de legitimidad.
Entre las técnicas más sofisticadas se encuentran la «ofuscación multilingüe», que mezcla idiomas para confundir tanto a sistemas automáticos como a humanos, y la falsificación de documentos presentados en entidades oficiales para influir en entornos políticos. S2 Grupo, a través de su equipo Lab52, ofrece recomendaciones preventivas como verificar siempre las fuentes, evitar compartir información no confirmada, y emplear herramientas de verificación especializadas.
Estas acciones son vitales para combatir la desinformación y proteger a la sociedad del impacto dañino de las fake news. Promover un periodismo de calidad y mantenerse crítico ante el contenido consumido son considerables defensas contra la manipulación informativa.