Un informe de Thinkers Co y Ofita ha analizado los nuevos modelos de trabajo híbridos surgidos tras la crisis sanitaria y los retos a los que se enfrentan las empresas en el corto y medio plazo. La implementación de la tecnología y las metodologías ágiles han permitido la deslocalización del trabajo, pero el trabajo sigue manteniendo su base: las personas. Trabajar de manera deslocalizada ha permitido a las organizaciones romper con su forma de trabajo anterior y abrir un nuevo paradigma que les brinda la posibilidad de cambiar radicalmente y mejorar su forma de trabajar tanto a nivel productivo como en beneficios de calidad de vida. Los cambios en la forma de trabajar y la deslocalización han hecho que las personas trabajen de manera más ágil, con nuevas metodologías, y han permitido a las empresas estar más centradas en las personas y en la creación de valor, generando la humanización de las organizaciones. Se han generado nuevas necesidades y oportunidades para las empresas en cuatro tendencias claras: salud como pilar principal, digitalización y transformación, cultura de la confianza o the power of people y flexibilidad. El equilibrio perfecto para potenciar la felicidad de los trabajadores sin afectar a su productividad recae en cómo están planteados los modelos de trabajo, y la solución podría ser un modelo de trabajo híbrido o trabajo mixto. El informe expone las modalidades de trabajo híbrido que existen, sus inconvenientes y principales ventajas. También habla de la cultura corporativa y el cambio que ha dado a partir de la Covid-19, así como del porqué esta es importante para atraer y retener el talento. Además, trata el tema del creciente aumento del burnout o estrés laboral y de cómo afecta a la salud de los trabajadores.