En un movimiento estratégico para revitalizar la industria pesquera de Estados Unidos, el presidente Donald J. Trump ha firmado hoy una proclamación que facilitará la pesca comercial en el Océano Pacífico. Esta iniciativa forma parte del enfoque más amplio del gobierno conocido como «America First Fishing Policy», que busca priorizar los intereses económicos estadounidenses y fortalecer las comunidades locales.
Con esta proclamación, se abre el Monumento Marino de las Islas Remotas del Pacífico (PRIMNM) a la pesca comercial, lo que promete un impulso significativo a la economía de American Samoa. A partir de ahora, los barcos registrados bajo bandera estadounidense podrán realizar actividades de pesca comercial a una distancia de entre 50 y 200 millas náuticas de los límites de este monumento, que abarca más de 400,000 millas cuadradas del Área Económica Exclusiva de Estados Unidos en el Pacífico.
El presidente ha destacado que eliminar restricciones innecesarias para los pescadores estadounidenses no solo fortalecerá la economía nacional, sino que también restaurará la equidad en un sector que ha sido desfavorecido por la sobre-regulación y la competencia extranjera. Históricamente, el PRIMNM fue establecido por el expresidente George W. Bush en 2009 y posteriormente ampliado por Barack Obama, imponiendo severas limitaciones a la pesca comercial que, según critican algunos expertos, no han logrado proteger efectivamente las poblaciones de peces, dado que muchas especies, como el atún, son migratorias.
La restricción en la pesca ha resultado en la pérdida de acceso a casi la mitad de la Zona Económica Exclusiva de Estados Unidos en las Islas del Pacífico, lo que ha obligado a los pescadores americanos a aventurarse más lejos en aguas internacionales, donde deben competir con flotas extranjeras que operan con regulaciones laxas y a menudo cuentan con subsidios gubernamentales significativos, especialmente de países como China.
Esta situación también ha perjudicado a territorios como American Samoa, donde la economía privada depende en gran medida de la industria pesquera. La isla alberga la única planta de procesamiento de atún que cumple con las normativa «Buy American», destinada a suministrar raciones para las fuerzas armadas y programas de almuerzos escolares. Esta planta es el mayor empleador local, generando aproximadamente 5,000 empleos y representando el 99.5% de las exportaciones de American Samoa, así como el 84% del empleo privado en el territorio.
La revitalización de la pesca comercial es parte de una estrategia más amplia del presidente para liberar el potencial económico de Estados Unidos, que incluye un enfoque decidido hacia la desregulación y la eliminación de trámites burocráticos. Trump ha lanzado una iniciativa de desregulación 10 a 1, donde cada nueva regla federal debe estar justificada por beneficios claros y acompañada de medidas dereguladoras en mayor proporción. También se ha establecido el Consejo de Dominio Energético Nacional, que busca fomentar la inversión en el sector privado y simplificar procesos de permisos en todas las formas de energía estadounidense.
A través de estas acciones, el presidente Trump espera no solo apoyar a los pescadores estadounidenses, sino también combatir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada que amenaza la industria local y los recursos marinos. Con esta proclamación, se inicia un nuevo capítulo para la pesca comercial en el Pacífico, una medida que muchos esperan traiga consigo el renacer de un sector vital para la economía de varias comunidades costeras.
Fuente: WhiteHouse.gov