En un esfuerzo por transformar la burocracia federal, el presidente Donald J. Trump ha firmado recientemente una Orden Ejecutiva que establece la iniciativa de optimización de la fuerza laboral del Departamento de Eficiencia del Gobierno (DOGE). Este enfoque ambicioso busca reducir el tamaño y la complejidad del gobierno federal, facilitando un entorno más eficiente para brindar servicios a la población estadounidense.
La nueva directriz implica que los jefes de las agencias deberán coordinarse con DOGE para disminuir el número de empleados federales y restringir las contrataciones a posiciones esenciales. Además, la Oficina de Administración de Personal iniciará un proceso de regulación con el objetivo de elevar los estándares de conducta aplicables a los empleados federales.
Uno de los aspectos más destacados de la Orden es su compromiso de reducir la plantilla gubernamental. Una vez finalizado el período de congelación de contrataciones, se permitirá que las agencias contraten a un nuevo empleado por cada cuatro que se retiren. Esto se aplicará con algunas excepciones específicas para funciones críticas relacionadas con la seguridad nacional y el cumplimiento de la ley. Asimismo, se espera que las agencias diseñen planes para la reducción masiva de personal y evalúen la viabilidad de eliminar o fusionar componentes o agencias cuya función no esté respaldada por la ley.
A medida que se fundamenta la decisión de recortar el tamaño del gobierno, Trump resalta que la fuerza laboral federal actual supera los 2.4 millones de empleados, excluyendo a los miembros activos de las fuerzas armadas y al personal del Servicio Postal. La opacidad en el número exacto de agencias federales, que supera las 400 según el Registro Federal, también ha llevado a cuestionamientos sobre la efectividad del actual sistema administrativo.
La administración Trump ha subrayado el impacto financiero de la plantilla federal, que contribuye significativamente al gasto y la deuda nacional. En el año fiscal 2022, el gasto en compensaciones para empleados civiles alcanzó casi $300 mil millones, sin contar las pensiones. Además, un informe reciente indica que solo el 6% de los trabajadores federales asiste de forma presencial a sus lugares de trabajo de manera habitual.
Reformar la fuerza laboral federal ha sido una de las principales prioridades de Trump en su segundo mandato. Con un historial de reducción de la burocracia durante su primer mandato, el presidente se propone continuar por esa senda, defendiendo que tales reformas no solo impulsan la eficiencia sino que también fomentan el crecimiento económico y la innovación a través de cambios regulatorios.
En definitiva, la iniciativa del presidente busca no solo reformar la administración pública, sino también ofrecer un enfoque más ágil y responsable en la gestión de los recursos del gobierno federal, con el objetivo de mejorar la prestación de servicios a los ciudadanos.
Fuente: WhiteHouse.gov