El año 2024 ha sido un periodo de profundas transformaciones en el sector energético español, caracterizado especialmente por una movilidad sin precedentes de consumidores, el afianzamiento del papel de las energías renovables en la formación de precios y las últimas fases de las medidas anticrisis implementadas en años anteriores. Este contexto ha abierto las puertas a nuevas regulaciones y ha intensificado la competitividad en el mercado, estableciendo el escenario para las tendencias que se prevén hacia 2025.
Una de las características más destacadas de este año ha sido la significativa reducción en los precios del mercado eléctrico, alcanzando cifras históricas con horas a precios de 0€/MWh y, en ocasiones, valores negativos. Este fenómeno, impulsado por la alta producción de energías renovables, ha beneficiado principalmente a las tarifas indexadas, que se han posicionado como las más rentables para muchos consumidores durante 2024. Sin embargo, la intermitencia en la generación renovable ha provocado un incremento de precios hacia el final del año, recordándonos la importancia de seguir invirtiendo en la expansión de estas fuentes de energía para asegurar la estabilidad del mercado.
El año también será recordado como el periodo de mayor movilidad de consumidores, con casi 7 millones de cambios en comercializadoras de electricidad y 1,6 millones en gas. Esta tendencia refleja que la fidelidad a las marcas tradicionales se está convirtiendo en una excepción, impulsada por la búsqueda de tarifas más competitivas y una mayor transparencia. Las regiones de Andalucía y Navarra han liderado estos cambios en el sector eléctrico, mientras que Aragón y Baleares se destacaron en el mercado del gas.
El mercado ha mostrado una creciente fragmentación, con comercializadoras independientes ganando terreno al sumar 208,000 nuevos puntos de suministro en electricidad y 29,000 en gas. Esta diversificación de la oferta está obligando a todas las compañías, grandes y pequeñas, a mejorar sus propuestas de valor para atraer y retener a los consumidores.
En 2025, el reto será adaptarse a un entorno con precios potencialmente más altos debido al fin de ciertas ayudas fiscales y la adaptación a nuevos modelos tarifarios. El regreso del IVA estándar, tras la conclusión de medidas como la reducción del IVA al 10% para ciertos tramos de precio, podría suponer un aumento en las facturas. Además, el nuevo cálculo de la tarifa PVPC, con la introducción de contratos a plazos, intentará amortiguar las fluctuaciones futuras.
Dentro de las tendencias que marcarán el futuro, se destacan tres: la creciente facilidad de los consumidores para cambiar de proveedor en busca de mejores condiciones, la diferenciación en propuestas de valor más allá del precio, incluyendo servicios complementarios y un foco en la movilidad eléctrica, y la mejora de la atención al cliente como un diferenciador competitivo, apoyado por la implementación de tecnologías como la inteligencia artificial para brindar un servicio más personalizado y eficiente.
De cara a 2025, el sector energético se orienta hacia la innovación y la sostenibilidad, centrado en tres pilares fundamentales: mantener precios competitivos, invertir en energías renovables y mejorar continuamente la experiencia del cliente. En este panorama de transformación, la confianza y la transparencia se destacan como elementos esenciales para liderar en un entorno donde los consumidores están cada vez más informados y exigentes. Empresas como Gana Energía se preparan para ser referentes en este nuevo escenario, alineando sus estrategias hacia un futuro más verde y ayudando a los consumidores a ahorrar en sus facturas mientras contribuyen al bienestar ambiental.