Un ataque con dron ejecutado por el Ejército de Ucrania sobre la localidad de Primorsko-Ajtarsk, en la región de Krasnodar, Rusia, ha culminado trágicamente este viernes, dejando al menos una niña rusa de seis años fallecida y otras cinco personas heridas. La información, proporcionada por las autoridades rusas, eleva el tono en el ya de por sí tenso escenario que ha seguido a la acción militar iniciada por Moscú en febrero de 2022.
Veniamin Kondratiev, gobernador de la región de Krasnodar, comunicó a través de Telegram que, pese a los esfuerzos por salvarla, la niña falleció poco después de ser ingresada en un hospital, sucumbiendo a las severas heridas recibidas. «Traslado mis más sinceras y profundas condolencias a la familia, si bien es difícil encontrar palabras de apoyo en esta situación», expresó Kondratiev, asegurando además que las autoridades brindarán toda la asistencia necesaria a las víctimas del ataque.
El suceso no es un incidente aislado, ya que el Ministerio de Defensa de Rusia ha indicado que, durante las últimas horas, sus fuerzas lograron derribar un total de catorce drones sobre Krasnodar y otros diez sobre la región de Rostov. Además, afirmaron haber destruido veintiséis drones ucranianos dirigidos contra zonas ocupadas por tropas rusas en la provincia ucraniana de Zaporiyia, en el este del país.
Estos acontecimientos ocurren en el contexto de una escalada de hostilidades que se extiende desde la anexión de Crimea en 2014 y que se agravó con la orden de invasión dada por el presidente ruso Vladimir Putin en 2022, afectando regiones como Donetsk, Lugansk, Jersón, y más recientemente, Zaporiyia, la cual fue anexionada de forma unilateral por Rusia en octubre del mismo año, en una maniobra condenada y no reconocida por buena parte de la comunidad internacional.
La guerra, extendida ya por diversos frentes y períodos, muestra poco signo de resolución inmediata, alimentando continuas violaciones de los derechos humanos y la perpetuación de sufrimientos entre la población civil atrapada en medio del fuego cruzado. La comunidad internacional permanece en alerta ante los últimos desarrollos, mientras los llamados al cese de la violencia y a encontrar una solución pacífica continúan resonando sin éxito aparente.
