En un giro de eventos que podría decidir el futuro de TikTok en Estados Unidos, el presidente Joe Biden firmó ayer una ley que podría desembocar en la prohibición de la plataforma a menos que su empresa matriz china, ByteDance, la venda en los próximos 269 días, aproximadamente nueve meses. Esta medida busca abordar preocupaciones de seguridad nacional relacionadas con la posible transferencia de datos de usuarios estadounidenses a China, una acusación que tanto China como ByteDance han negado.
En respuesta a la nueva legislación, Shou Chew, CEO de TikTok, aseguró en un video que «no irán a ninguna parte», señalando que la venta de la plataforma es solo una opción de último recurso. TikTok planea lanzar una serie de desafíos legales contra el gobierno de EE. UU., lo que podría prolongar el proceso judicial durante meses o incluso años, retrasando cualquier prohibición efectiva.
Se anticipa que TikTok y sus usuarios argumenten en los tribunales que una venta forzosa infringiría los derechos de libertad de expresión de sus 170 millones de usuarios mensuales en EE. UU. Además, es probable que destaquen el daño financiero potencial para los creadores que dependen económicamente de la plataforma.
Por otro lado, se espera que el gobierno de EE. UU. defienda su postura alegando que la medida no viola la Primera Enmienda y que no existen otras alternativas para proteger la seguridad nacional y los datos de los usuarios americanos. Si los esfuerzos legales de TikTok no prosperan, encontrar un comprador en EE. UU. que disponga de decenas de miles de millones de dólares y que no esté ya dominando el mercado tecnológico podría ser complicado debido a preocupaciones antimonopolio.
Líderes gubernamentales y empresariales están intentando reunir a un grupo de inversores para adquirir TikTok, aunque China ha prometido bloquear cualquier venta, considerando el algoritmo de la app como un activo crítico que ByteDance debería retener bajo cualquier circunstancia. La situación continúa en desarrollo, con el futuro de TikTok en EE. UU. pendiente de las decisiones de los tribunales y las negociaciones en curso.