Termina la primera edición de un Festival Ducal que ya es Fiesta de Interés Turístico Regional

Pastrana (Guadalajara) ha celebrado este fin de semana la XIX Edición de su Festival Ducal, la primera con el evento reconocido como Fiesta de Interés Turístico Regional.

El alcalde de Pastrana, Luis Fernando Abril, ha destacado en sus conclusiones que la recién estrenada declaración “es un reconocimiento al esfuerzo, trabajo y al rigor del pueblo de Pastrana en la puesta en valor y recreación de su historia, personajes y patrimonio”. El regidor señala, asimismo, que “es un reto para el año 2022 mejorar, incluso, el nivel, y la participación de actores y presencia de público”, y subraya que el Festival ya es “una seña de identidad del pueblo, de la provincia y ahora, de la región”, un logro que hay que agradecer “a la colaboración de todos: vecinos, asociaciones, dirección de festival, y a la Junta de Comunidades que, después de valorar la documentación, ha tenido a bien reconocerlo como Fiesta de Interés Turístico Regional”.

En un año en el que la pandemia lo ha condicionado todo, también los ensayos -de ahí lo especial de esta edición por la dificultad en su preparación que se ha unido a la declaración- el festival temático de la Villa Ducal ha recordado, de la mano de los pastraneros, en la que es la característica distintiva del festival, dos efemérides: el 450 aniversario del nacimiento de Fray Pedro González de Mendoza -nacido en 1570 ó 1571 según las fuentes- quinto hijo vivo de los príncipes de Éboli, y el quincuagésimo aniversario de la declaración de Santa Teresa de Jesús como doctora de la Iglesia, en 1970. A ellos se iba a dedicar el Festival en 2020, que hubo de ser suspendido por la pandemia y que se ha recuperado, gracias a la ilusión de un pueblo entero, en tiempo récord y con excelente factura artística.

Así, el viernes, en el escenario de la Plaza del Deán, y después de que la viuda de Trevor J. Dadson, María de los Ángeles Gimeno, recogiera, a título póstumo, el Premio Princesa de Éboli para el hispanista inglés, tenía lugar la lectura dramatizada de ‘Una historia por contar’. Cuatro actores de la Asociación de Damas y Caballeros recorrieron en otros tantos periodos de la vida de Fray Pedro, su biografía. La dramatización comenzó por su época universitaria; continuó por su toma del hábito franciscano; llegó al momento álgido de su carrera y poder, y sus viajes por el mundo, cuando llega a ser arzobispo de Granada y de Zaragoza; tras lo que llega su declive, con la caída del duque de Lerma, su enfermedad y llegada a Sigüenza, y el ulterior regreso a Pastrana, como gran mecenas de la villa, donde amplía la Colegiata, y funda el Convento de Buenaventura para niños cantores y donde muestra su fuerte oposición a que Santa Teresa se convierta en copatrona de España.

Los textos de la lectura dramatizada son obra de la codirectora del Festival, Susana Díaz. Los ha escrito tomando como referencia libros de obligada lectura para conocer la historia de Pastrana de autores como Manuel Santolalla, Aurelio García López, Mariano Pérez y Cuenca, diferentes textos de la profesora pastranera, Esther Alegre, e incluso la carta original en la que el religioso manifestó su oposición a que se convirtiera a Santa Teresa en copatrona de España junto al apóstol Santiago. “El párroco de Pastrana, Emilio Esteban, tuvo la amabilidad de mostrarnos el original que se conserva en la Colegiata, al que dimos lectura durante la representación”, señala muy agradecida. Javier Gumiel, el otro codirector que cede este año el testigo a Díaz, aportó a la dramatización su experiencia en la teatralización.

Después de la representación, el mismo viernes, los pastraneros iniciaban un desfile, en memoria de todas las víctimas del COVID y de las personas a quienes la pandemia ha hecho sufrir, de una u otra manera. Los miembros de la Asociación de Damas y Caballeros, vestidos con sus hermosos trajes, ahora reivindicados en una exposición permanente en el Convento de San Francisco, y portando en sus manos velas encendidas, recorrieron solemnemente las calles de Pastrana -San Francisco, La Palma, Plaza de los Cuatro Caños, Heruelo y Escalerías de la Colegiata hasta el atrio- siendo elegidas por su estrechez para evitar la presencia masiva de público, como medida preventiva ante la pandemia. Todas quedaron iluminadas por antorchas y velas. En el altar mayor de la Colegiata, por cortesía de la Parroquia, la Banda de Música de Pastrana hizo, sólo con instrumentos de metal y percusión, un concierto basado en obras de los siglos XV, XVI y XVII, que se dedicó, igualmente, a las víctimas de la pandemia. Lo dirigió Pascual Suñer.

No ha faltado, tampoco este año, el análisis histórico del periodo recreado en el festival. Fernando Vela, en el Salón de Caballerizas del Palacio Ducal, recordó cómo era el mundo en el tiempo en el que vivió Fray Pedro. El catedrático de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo de la Escuela Técnica Superior de la Universidad Politécnica de Madrid tomó como punto de referencia el año de 1570, fecha de nacimiento de Fernando de Silva y Mendoza, acercando a los asistentes a la imagen del mundo en ese tiempo, tal como queda recogida en uno de los testimonios cartográficos más importantes de la época, el Theatrum Orbis Terrarum, publicado en Amberes en ese mismo año y considerado el primer atlas geográfico moderno. Su autor, el flamenco Abraham Ortelius, trabajó como cosmógrafo para el rey Felipe II y pudo reunir información geográfica de gran valor acumulada por los navegantes españoles y portugueses. A la valiosa información de esta obra, que tuvo numerosas ediciones actualizadas entre 1571 y 1612, se añadió en 1572 el llamado Civitates Orbis Terrarum, de Georg Braun, con una amplísima colección de vistas, planos y descripciones de las grandes ciudades de la Edad Moderna. La conferencia se detuvo especialmente en el estudio de las representaciones de las dos ciudades del Nuevo Mundo que aparecen recogidas en esta obra: la Ciudad de México (virreinato de la Nueva España) y la del Cuzco (virreinato del Perú), así como a la dimensión civilizadora del proceso de colonización y conquista de la América española durante el siglo XVI, con referencia a algunas de las empresas educativas y científicas más importantes de esa etapa.

Como otra de las medidas preventivas frente a la pandemia, sí hubo mercado renacentista de oficios, pero distribuido en diferentes plazas: de la Hora, de los Cuatro Caños y de la Iglesia, a fin, igualmente, de evitar aglomeraciones de público, y también algún entremés de títeres y teatro callejero, en menor medida que otros años y por idénticas razones.

El gran momento del Festival Ducal comenzaba a las 20 horas del sábado. El desfile de personajes comenzó en la Viga Gorda, y bajó por la calle Mayor, hasta la Plaza de la Hora, al son de los tambores. Los moriscos llegaban desde El Albaicín y los aldeanos, desde la casa de Leandro Fernández de Moratín. Todos ellos rendían pleitesía a los príncipes y sus seis hijos vivos, sentados al pie del Palacio de Covarrubias.

Cuando oscureció, en una maravillosa velada del mes de julio, con el calor justo, y el sonido de los vencejos sobrevolando el Palacio, se encendían los focos para recordar la vida y obra de Santa Teresa de Jesús. El guion tuvo una especial dedicación a sus fundaciones y presencia en Pastrana, con siete poemas representados de la doctora de la Iglesia, que tuvieron su reflejo en otros tantos textos escritos por Javier Gumiel, y descrita su musicalidad en varias magníficas interpretaciones de la Coral La Paz, bajo la sabia batuta de Marcelo Duarte.

Teresa de Jesús fue hija de Alfonso Sánchez de Cepeda, descendiente de judíos conversos y de Beatriz de Ahumada, perteneciente a una noble familia abulense. Nació en Gotarrendura, Ávila, el 28 de marzo de 1515. Desde niña fue aficionada a la lectura, sobre todo a los libros de caballería y vidas de santos. Su infancia fue complicada debido a su fragilidad, aquejada de graves enfermedades. En 1535 se escapó de su casa y, en contra de la voluntad de su padre, se refugió en el convento de la Encarnación de Ávila, vistiendo así y por primera vez, los hábitos carmelitas en 1536. Es en ese momento cuando Teresa de Jesús empieza un periodo de angustia que junto con sus enfermedades se prolonga hasta 1542. Durante ese tiempo aprende a confiar plenamente en Dios y a practicar el método de oración llamado recogimiento, dando inicio a la reforma Carmelitana que se concretará en 1562. Desde 1567 hasta su muerte, en Alba de Tormes en 1582, funda varios conventos, la mayoría para mujeres y algunos para hombres, siendo el primero de los masculinos en 1568, ayudada por San Juan de la Cruz, quien la acompaña después de la fundación del monasterio de San Pedro de Pastrana.

La reforma llevada a cabo por Teresa de Ávila se basa en recuperar la regla carmelitana, un tanto relajada, la vida de oración en la celda, ayuno y abstinencia de carne, la renuncia de las rentas y propiedades así como la práctica del silencio.

Para ayudar a sus religiosas y religiosos a llevar una buena vida conventual, Teresa escribe entre 1562 y 1564 ‘Camino de perfección’ y, en 1578, ‘Moradas’ o ‘Castillo interior’. Teresa de Jesús fue canonizada el 12 de marzo de 1655 por Gregorio XVI y proclamada doctora de la Iglesia en 1970. Santa Teresa fundó dos monasterios en Pastrana, allá por 1569, uno para hombres, en el cerro de San Pedro, y el de San José, para mujeres, ambos con la ayuda de los Príncipes de Éboli, Ruy Gómez de Silva y Ana de Mendoza y de la Cerda. Santa Teresa es patrona de la villa de pastrana, celebrando su día el 15 de octubre. Se le profesa una gran devoción en la villa ducal.

Al término del Festival, y “después de muchos nervios y estrés, ha salido todo bien”, señalaba Díaz, que terminó el espectáculo con buenas sensaciones y muchas ganas de retomarlo en 2022, con nuevas ideas. “Hemos revivido un trocito de la historia de Pastrana, les agradezco a todos los actores su esfuerzo… Gracias por colaborar tanto”, decía ayer emocionada.

Susana recibía el testigo de Javier Gumiel. En su despedida como director, se queda con “el apoyo de la gente” y anima a los pastraneros a seguir. “Después de este año y pico de pandemia, tenemos que seguir haciendo historia de la historia, porque nos queda aún mucha por descubrir”. Y quiso dedicar su trabajo a su madre, recientemente fallecida. La XIX edición del Festival Ducal de Pastrana ha recibido la visita, a lo largo del fin de semana, de diferentes personalidades locales, provinciales y regionales.

 

 

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