El nuevo capítulo de Sueños de Libertad de este martes 13 de mayo certifica con creces la dificultad de vivir en la ficción. Secretos familiares, amores no correspondidos y heridas que resucitan en un cuento que mantiene a los espectadores en las últimas consecuencias.
Al mismo tiempo que los seres buscan venganza, los otros intentan volver a reconstruir lo que el destino les ha dejado perder. En este capítulo el alcohol, las mentiras y los planes ocultos son la carta de presentación de un episodio en el que nadie emerge ileso.
SECRETOS QUE AMENAZAN LA REALIDAD
El detective le ofrece a Damián un arma de doble filo en Sueños de Libertad: el pasado en la sombra de Irene, un secreto que podría derrumbar a los Carpena. Damián, siempre ubicado entre lo estratégico y lo inepto, no tarda ni un segundo en ir hilando su red de conocimiento sobre Irene, vislumbrando en la inseguridad de la mujer su modo de operar. Don Pedro observa desde las sombras todavía más envenenado que de costumbre, consciente de que su imperio de alguna manera está en peligro.
Por su parte, Fermín parece estar al borde de un cambio radical en su vida. Se siente irremediablemente atraído por Irene, pero la entrada de Damián en acción disparará este riesgo. ¿Actuará a tiempo o sus dudas le harán perder lo que a buen seguro pierde si no actúa? La cena a su honor, que debía ser un acto festivo, se convierte en un campo de explosivos de tensiones que nadie articula.
Mientras tanto, Irene, absolutamente inconsciente de la amenaza a la que se expone, se deja llevar por la calidez aparente de Damián. Su sonrisa distendida contrasta con la mirada calculadora de Damián, plenamente consciente de sus próximos movimientos. Si el secreto se hace público, además de Irene caerá toda la familia Carpena, y en este juego no hay lugar para la compasión.
El detective tiene más información de la que ha dejado traslucir y Damián sabe que tiene que ser cuidadoso. Un paso en falso podría levantar las sospechas de Don Pedro y podría poner en riesgo sus planes. La tensión que ya hace tiempo que se establece entre Damián y Pedro es tangible, y en poco tiempo la línea que separa la paz de la guerra se verá cruzada.
RAÚL, EL ALCOHOL Y UN AMOR IMPOSIBLE

Raúl se zambulle en el alcohol por el rechazo de María en Sueños de Libertad; el dolor de ser invisible lo somete a la violencia de la tristeza. Cada copa es intento fallido de espantar a sus sentimientos, por más que sepa que el fondo del vaso es cada vez menos útil para la realidad. Claudia que lo observa se debate entre la idea de intentar salvarlo y la amarga confirmación de que su corazón es de otro. Su mirada de preocupación contrasta con la indiferencia de María, la cual está demasiado inmersa en seguir tramando su propio destino.
María, lejana a sentirse quien sabe si dolida, continúa manipulando a Julia con comentarios acerca de Andrés y de Begoña. La niña, confusa y angustiada, termina huyendo de casa por incapacidad de introducir tanto dolor en su vida. Cuando Begoña encuentra a Julia, la niña está destrozada y vive en su interior el regreso del trauma producido por la muerte de su padre. Digna, ante el ver su sufrimiento, la consuela, pero incluso la noticia de una posible boda vuelve a estar enturbiada por sus temores a una nueva pérdida.
La falta de Julia desata el caos familiar. María disimula la preocupación mientras teme que se descubra su actividad en la fuga de la niña. Manuela es la única que sabe lo que realmente ha pasado, y Begoña comienza a atar cabos. ¿Qué pasará cuando se enteren de que María fue la responsable? Raúl sigue bebiendo y Claudia, buscando la forma de sacarle, no quiere que sea demasiado tarde.
El alcohol no solo está matando a Raúl, sino también matando a todos los que están a su alrededor. Claudia, al verlo en ese lugar tan vulnerable, empieza a plantearse si vale la pena esperar un amor que nunca volverá. ¿Se decidirá Raúl a encontrar algún motivo para dejar de beber el alcohol o está abocado a seguir las huellas de sus errores del pasado?
ORGULLO Y HUMILDAD EN SUEÑOS DE LIBERTAD

Luis está obsesionado con recrear el perfume que ya no está en el presente, pero esa soberbia lo ciega. Tasio le insiste en que las dependientas de la tienda le pueden ayudar porque son quienes mejor conocen los gustos de la clienta. Sin embargo, Luis descalifica a esas dependientas, porque se hace la idea de que su talento no necesita de «manos ajenas».
Esa actitud que tiene pone tanto él como ella como telones de fondo y no solo es la mejor manera de frenar su avance, sino que hiere a Luz, que se da cuenta de que su maestro está destruyendo grandes oportunidades por pura soberbia. Luz, que es cada vez más infeliz, no sabe si la admiración que siente por Luis tiene que ver con cuán decepcionada se siente por su insistencia tan estéril.
Mientras él se encierra en su laboratorio, ella intenta infructuosamente hacerle ver que el trabajo en grupo es imperativo. ¿Cuánto tiempo se deberá esperar hasta que Luis comprenda que su grandeza no se debe al trabajo en soledad? El tiempo continúa corriendo a su favor y la presión por entregar el perfume aumenta.
Gema, Joaquín y Teo, sin embargo, encuentran refugio en la calidez de los Merino. Todos se congratulan con la llegada del niño, aunque son conscientes de que Teo precisa de tiempo para adaptarse a su nueva vida. Mientras otras familias están inmersas en el desorden, el retrato de esta familia es como una isla de esperanza. No obstante, aunque están marcados por el cariño, el pasado sigue presente.
Luis está a punto de perder el perfume, pero también la estima de los demás. Él sabe que, si no cambio, se verá solo. ¿Aprenderá a tiempo, o sucumbirá a las sombras del orgullo? Mientras tanto, Luz se pregunta ahora si tiene que seguir ayudando a alguien que no aprecia lo que ha hecho por él. Su fidelidad se está siendo puesta a prueba y tendrá que decidir pronto sobre una decisión que le marcará el futuro.
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