Starmer toma las riendas del Reino Unido: Presenta su nuevo gabinete y descarta el polémico plan Ruanda

En una rápida acción destinada a marcar un cambio radical en la política británica, el laborista Keir Starmer, el flamante primer ministro del Reino Unido, delineó sus intenciones de romper con las políticas de sus predecesores y colocar al país en un nuevo rumbo. Desde el legendario número 10 de Downing Street, Starmer ha comunicado su ambición de gobernar bajo premisas muy distintas a las conocidas hasta ahora, contando con el respaldo de una contundente mayoría parlamentaria conseguida en las últimas elecciones generales.

Desde el primer día de su mandato, Starmer convocó a su gabinete, compuesto por figuras esperadas que ya integraban su “gobierno en la sombra” de los tiempos de oposición. La formación de su equipo, anunciada poco después de asumir oficialmente el cargo tras la invitación del rey Carlos III, incluye a personalidades como Angela Rayner, en el rol de viceprimera ministra y encargada de Vivienda, y Rachel Reeves, conocida por ahora liderar la Economía del país. Personalidades como David Lammy, John Healey, y Yvette Cooper, asumirán carteras de peso como Exteriores, Defensa y Interior, respectivamente.

En un anuncio realizado durante una conferencia de prensa posterior a esta reunión inicial de gabinete, Starmer reveló sus inmediatos planes de viaje a las cuatro naciones constituyentes del Reino Unido – Escocia, Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte –, como expresión del mandato unitario de cambio demandado por el electorado. Bajo la premisa de «nuestro país va primero», el liderazgo de Starmer se propone revolucionar tanto la interna de su partido como la agenda política del país, poniendo especial interés en el crecimiento económico distribuido de forma equitativa por todas las regiones.

Una de las primeras y más comentadas acciones ha sido la declaración del fin del controversial ‘plan Ruanda’, propuesto por el anterior gobierno conservador como medida para el manejo de la crisis migratoria. Este gesto marca una clara redefinición de la política migratoria del país, prometiendo Starmer afrontar venideros desafíos fiscales con una promesa de «total honestidad».

Con los ojos del mundo puestos en él, Starmer ya se ha inscrito en la agenda global mediante llamadas de felicitación y establecimiento de diálogos con líderes mundiales como el presidente estadounidense Joe Biden, y el ucraniano Volodímir Zelenski, entre otros. Con un viaje a Washington planeado para participar en la próxima cumbre de la OTAN, el primer ministro pretende reafirmar el compromiso de Reino Unido con sus aliados internacionales y prepara el terreno para la acogida de futuros encuentros diplomáticos cruciales en su territorio.

La era de cambio prometida por Keir Starmer ya está en marcha, una que muchos esperan reformule no solo la escena política interior del Reino Unido sino también su posición e influencia en el mapa político y económico global.

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