El grupo de acción de Amnistía Internacional se ha movilizado este sábado en la Plaza de España de Valdepeñas para recoger más de 200 mensajes con buenos deseos destinados a cinco casos emblemáticos de lucha por los derechos humanos en China.
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Las Fiestas de la Primavera marcan el comienzo del Año Nuevo Chino de acuerdo al calendario lunar. Estas fiestas se caracterizan por el reencuentro de familiares y personas queridas, a ser posible en sus localidades de origen, para compartir y expresar sus buenos deseos para el nuevo año. El 25 de enero de 2020 se celebró el Año Nuevo chino, dando inicio al año de la Rata. El año de la Rata inicia el ciclo del calendario chino lo que le da un significado de renovación, que Amnistía Internacional aprovecha para insistir en la necesidad de un cambio: el respeto de los derechos humanos en China.
Como en años anteriores, el grupo de acción de Amnistía Internacional en Valdepeñas ha realizado un acto de calle en el que ha recogido los buenos deseos de los vecinos de la localidad hacia la población china. Este año la acción se ha centrado en cinco casos emblemáticos de víctimas de violaciones de derechos humanos en el país.
En palabras de Remedios Rufino, coordinadora del grupo de AI Valdepeñas, este año se ha producido la liberación del expolicía y activista Dong Guangping, y de la activista Liu Ping, hacia quienes expresamos nuestros buenos deseos en anteriores ediciones. Sin embargo, son muchas más las personas que en la actualidad siguen sin una solución favorable, personas que son perseguidas, apresadas, torturadas y sometidas a malos tratos por ser portavoces en la lucha por los derechos humanos. Es por ello que este año de la Rata hemos querido celebrar una nueva edición de concienciación y sensibilización de toda la ciudadanía de Valdepeñas acerca del grave problema que afecta a la población de China. Hemos recogido más de 200 tarjetas firmadas en calidad de apoyo superando la suma de la edición anterior, haciendo presión a la embajada de China en España.
Los cinco casos son los de tres abogados, víctimas de la represión contra la abogacía, y dos personas de la etnia uigur, que vive en la Región Autónoma de Sin-kiang y es objeto de violaciones amplias y sistemáticas.
- Gao Zhisheng uno de los más respetados abogados de derechos humanos en China, ha estado sometido a desaparición forzada, tortura, arresto domiciliario ilegal y detención a consecuencia de su trabajo, que incluye la representación y defensa de activistas de derechos humanos y casos políticamente delicados. El Departamento de Justicia Municipal de Pekín le retiró el permiso para ejercer la abogacía y en 2006 fue secuestrado. Desde entonces ha sufrido de palizas y maltratos, desapariciones y encarcelamientos, a pesar de lo cual no ha cesado en su lucha ni desistido de sus ideales. Desde el 2017, se desconoce su paradero.
- A Wang Quanzhang lo detuvieron en 2015 y permaneció casi cuatro años incomunicado, durante los que ni siquiera había garantías de que estuviera vivo. En 2018, en un juicio a puerta cerrada, se le condenó a cuatro años y seis meses de prisión acusado de “subvertir el poder del estado”. Su trabajo ha incluido la defensa de activistas defensores y defensoras de derechos humanos.
- Jiang Tianyong, tiene un largo recorrido de detenciones y torturas por su trabajo en los tribunales defendiendo a activistas y a quienes defienden los derechos humanos. Tras haber cumplido la sentencia de dos años de cárcel, está actualmente sometido a una estricta vigilancia. Necesita tratamiento médico a causa de las torturas sufridas en prisión, pero se le impide recibirlo.
Los dos casos de la etnia uigur, cuyas políticas del gobierno chino están destruyendo sus costumbres y alimentando el descontento y las tensiones étnicas, son: Guligeina Tashimaimaiti, estudiante uigur de doctorado en Malasia, decidió viajar a ver a sus padres, tras muchos meses sin tener noticias de ellos. Desde entonces, ha desaparecido. Yiliyasijiang Reheman, estudiaba en Egipto, cuando las autoridades egipcias comenzaron a detener a cientos de personas uigures en Egipto y entregarlas al gobierno chino. Yiliyasijiang intentó huir con su familia pero nunca consiguió subir al avión. Desde entonces está en paradero desconocido.