En un acontecimiento que marca un nuevo capítulo en la unión entre la academia y la industria alimentaria, el Consejo Regulador IGP Sobrassada de Mallorca y la Universitat de les Illes Balears han unido fuerzas para establecer la Cátedra Sobrassada de Mallorca IGP. Esta iniciativa busca fomentar la colaboración en áreas clave como la investigación, el desarrollo y la innovación, enfocándose en este emblemático producto de las Islas Baleares.
La creación de la cátedra representa no solo una apuesta por la excelencia académica y la investigación aplicada, sino también un compromiso con la transición hacia una economía más verde y sostenible que tenga en cuenta el bienestar humano, animal y medioambiental. Andreu Palou, presidente del Consejo Regulador IGP Sobrassada de Mallorca, resaltó la importancia de esta alianza para impulsar el desarrollo de un sistema alimentario más seguro y saludable en Europa, destacando el papel de la sobrasada como un modelo de sostenibilidad y calidad.
Entre los objetivos principales de la cátedra se incluyen la formación y capacitación de estudiantes y profesionales en varios aspectos relacionados con la sobrasada, desde sus características hasta su elaboración y normativas. Además, se busca fomentar la investigación científica y técnica para mejorar aspectos como la producción, conservación, y calidad del producto, todo ello sin perder de vista la seguridad alimentaria y los beneficios nutricionales.
Jaume Carot, rector de la Universitat de les Illes Balears, expresó su satisfacción al firmar este convenio, destacando la importancia de generar conocimiento a través de la investigación de un producto tan arraigado en la cultura mallorquina como es la sobrasada. La cátedra también se propone realizar estudios de mercado, desarrollar programas de divulgación y promoción tanto a nivel nacional como internacional, y establecer colaboraciones con otros organismos y entidades para impulsar la innovación y el desarrollo económico y social de la comunidad.
La dirección de la cátedra contará con una estructura simple y funcional, compuesta inicialmente por dos miembros de la Universitat de les Illes Balears y dos del Consejo Regulador, permitiendo la flexibilidad para adaptarse a futuras colaboraciones. Entre los directivos destacados se encuentra la Dra. Catalina Picó, una prestigiosa investigadora en el campo de la nutrición, quien aportará su amplia experiencia y conocimiento al proyecto.
Este convenio, que entra en vigor inmediatamente, tendrá una duración inicial de tres años, con opción a prorrogarse por tres años más, sentando las bases para un proyecto duradero y fructífero que potencie uno de los productos más emblemáticos de las Islas Baleares, generando nuevas oportunidades y contribuyendo al desarrollo de un modelo alimentario sostenible y saludable.
