Norauto, la cadena de mantenimiento integral del automóvil, hace hincapié en la importancia de realizar una revisión en profundidad del vehículo antes de los desplazamientos de verano. Los profesionales de la mecánica son las personas más adecuadas para realizar esta revisión.
En primer lugar, es fundamental revisar los neumáticos. Estos son la única conexión entre el vehículo y el asfalto, por lo que deben estar en perfecto estado. Se recomienda cambiarlos si la profundidad del dibujo es inferior a 3 milímetros. Además, es necesario comprobar que no tienen pinchazos, bultos, cortes, grietas o que no están cuarteados.
Otro aspecto clave es el aceite del motor. Hay que comprobar su nivel y rellenarlo si es necesario. Es importante realizar esta comprobación en un lugar plano y con el motor en frío para obtener un dato preciso. Además, se debe utilizar el tipo de aceite recomendado por el fabricante y el mismo que ya se está utilizando. Un aceite bajo o en mal estado puede provocar ruidos, roturas y un desgaste prematuro del motor.
Los frenos también requieren una revisión exhaustiva. Se debe comprobar el estado de los discos y las pastillas. Un mal estado de los frenos puede alargar la distancia de frenado y provocar accidentes de tráfico. Además, es importante comprobar el nivel del líquido de frenos, ya que un nivel bajo puede indicar desgaste de las pastillas y un nivel alto puede significar otro problema.
Los filtros de aceite, de habitáculo, de aire y de combustible también deben ser revisados regularmente. El uso del filtro de aceite incorrecto puede afectar negativamente a la presión del aceite y provocar un desgaste prematuro del motor. Por otro lado, el filtro de aire garantiza que el aire que llega a los cilindros esté limpio y libre de impurezas, evitando posibles daños en el motor. El filtro de habitáculo es especialmente importante en verano para garantizar una óptima calidad del aire en el interior del vehículo. Por último, el filtro de combustible evita que la suciedad provoque daños en el vehículo y reduce el rendimiento del motor.
El refrigerante es otro elemento clave a tener en cuenta. Evita el sobrecalentamiento del motor y, por lo tanto, posibles explosiones internas. Es necesario comprobar su nivel en un terreno llano y con el motor parado y frío. Si el nivel es bajo, se debe rellenar con el refrigerante recomendado por el fabricante y evitar mezclar diferentes tipos de refrigerantes.
La batería también debe ser revisada. Se debe comprobar que los bornes no están sulfatados y realizar una revisión visual para detectar posibles desgastes. Muchas baterías cuentan con un testigo que muestra su estado, pero se recomienda acudir a un autocentro para realizar una revisión más precisa.
Es igualmente importante verificar el estado y funcionamiento de todas las luces del vehículo, como las luces de posición, cruce, largo alcance, antinieblas, luces de freno e intermitentes. También se recomienda llevar un juego de repuesto en caso de fallo.
Otros elementos a tener en cuenta son los amortiguadores de suspensión, los cinturones de seguridad y los sistemas de retención infantil, y el líquido limpiaparabrisas, que es esencial para mantener la visibilidad durante la conducción.
Por último, desde Norauto se destaca la importancia de circular durante unos minutos a modo de prueba para detectar posibles ruidos extraños. En caso de escuchar alguno, se recomienda acudir a un centro con profesionales cualificados para una revisión más exhaustiva. Además, no se debe emprender un viaje si hay algún testigo del coche encendido. Es necesario consultar el manual para conocer su significado y solucionar el problema, acudiendo a un taller si es necesario.
En resumen, realizar una revisión en profundidad del vehículo antes de los desplazamientos de verano es fundamental para garantizar la seguridad en la carretera. Norauto pone a disposición de los automovilistas sus profesionales cualificados y su amplia experiencia en el mantenimiento y reparación de vehículos.