La pequeña localidad toledana de Santa Cruz de la Zarza revivió un momento histórico al evocar uno de los partidos más emblemáticos para los aficionados del Real Madrid. El evento se centró en un icónico instante del 20 de mayo de 1998, cuando Pedja Mijatovic marcó el único gol del partido que le dio la séptima Copa de Europa al equipo blanco en el Ámsterdam Arena. Este recuerdo fue el eje de una celebración organizada por la Peña Madridista El Nido en su 70 aniversario.
Durante el acto, se impusieron insignias de oro a Mijatovic y, a título póstumo, a Lorenzo Sanz, ex presidente del Real Madrid, cuyo reconocimiento fue recogido por su hijo Fernando Sanz. La gala, dirigida por Alfonso Hevia, presentador de CMMedia, contó con la presencia de destacadas figuras como el presidente de la peña, Seve Jesús Sánchez, y el secretario de la misma, Miguel Ángel Comendador. La Casa de la Cultura de Santa Cruz de la Zarza fue la sede de este emotivo y abarrotado encuentro.
Al inicio del evento, Hevia compartió su entusiasmo y agradecimiento al «maravilloso pueblo de Santa Cruz» por su iniciativa y comparó la emoción del acto con lo que se sentiría al jugar en el Bernabéu. Seve Sánchez también expresó su alegría por lo que consideró «un día grande» para la peña y para el madridismo de la localidad.
El periodista Tomás Roncero, conocido por su ferviente seguidismo al Real Madrid, estuvo presente y destacó la importancia del club como parte de la «cultura de España». En su intervención, elogió a Mijatovic y a Lorenzo Sanz por su legado histórico.
Fernando Sanz subió al estrado para hablar sobre su padre, al que describió como un «revolucionario» por sus aportes al club, como la creación de la televisión del Real Madrid y el montaje del equipo de los «galácticos». Recordó con orgullo cómo su padre «rompió el mercado» al fichar a Mijatovic.
El homenajeado Mijatovic, al recibir su insignia, tuvo palabras de afecto para Lorenzo Sanz, calificándolo de «segundo padre». El exjugador yugoslavo agradeció el amor y el recibimiento del pueblo, asegurando que sin los aficionados como ellos, el Real Madrid no sería lo que es.
Este conmovedor acto no solo sirvió para honrar logros pasados, sino también para mostrar la fuerte conexión entre los hinchas y el equipo, una relación que trasciende generaciones y que sigue uniendo a las comunidades a través del fútbol.
