En una atmosfera nostálgica y emotiva, Santa Cruz de la Zarza se convirtió en el escenario de una celebración que rememoró uno de los momentos más icónicos del fútbol europeo. En un acto promovido por la Peña Madridista El Nido con motivo de su 70 aniversario, se rindió homenaje a la gesta histórica que tuvo lugar en Ámsterdam el 20 de mayo de 1998, cuando el Real Madrid logró reconquistar la Copa de Europa tras un período de 32 años sin alzar el ansiado trofeo.
La Casa de la Cultura del municipio acogió un emotivo evento que contó con la imposición de insignias de oro al héroe de aquella final, Pedja Mijatovic, y a Lorenzo Sanz, expresidente del club, a quien se le honró a título póstumo. La distinción a Sanz fue recibida por su hijo Fernando Sanz en un acto que estuvo conducido por el presentador de CMMedia, Alfonso Hevia. La gala, que también incluyó la participación de Seve Jesús Sánchez, presidente de la peña, y Miguel Ángel Comendador, su secretario, culminó con un coloquio que despertó gran interés entre los asistentes.
Alfonso Hevia abrió la celebración compartiendo su emoción por estar en un evento de tanto simbolismo y felicitó a la peña por su larga historia de apoyo al Real Madrid. Seve Sánchez expresó la importancia del día para la peña y todo el madridismo local, recordando el compromiso que había adquirido con Lorenzo Sanz y que ahora, su hijo, cumplía en su nombre.
La cita contó asimismo con la presencia del periodista Tomás Roncero, quien destacó la importancia cultural del Real Madrid en España y el mundo. Hizo especial hincapié en que el legado histórico del club se veía representado en las figuras de Mijatovic y Fernando Sanz, elogió el papel transformador que desempeñó Lorenzo Sanz al frente del equipo en las últimas décadas del siglo XX.
Fernando Sanz, testimoniando sobre su padre, describió cómo Lorenzo Sanz generó una revolución en el mundo del fútbol, destacando movimientos audaces como la contratación de grandes jugadores y la creación de la era de los «galácticos». Por otro lado, reconoció la importancia de las peñas en la cultura del madridismo y cómo su padre se sintió siempre parte de ellas.
El momento más conmovedor llegó con Pedja Mijatovic, quien recordó con cariño a su expresidente como una figura paternal en su vida profesional. Mijatovic cerró el acto agradeciendo la calidez de la acogida y el reconocimiento, remarcando la importancia de la afición para el Real Madrid.
Este acto se convirtió en un vínculo entre la historia y el presente, homenajeando la labor de aquellos que han forjado la leyenda de un club y recordando que, sin la pasión de sus seguidores, el fútbol carecería de su esencia más profunda.
