El pasado 17 de julio se publicó en el BOE la Orden HFP/792/2023, que recoge una actualización de la compensación de los gastos por kilometraje deducibles en el IRPF para empleados, autónomos y funcionarios que utilizan un automóvil para desarrollar su trabajo. Esta actualización establece una compensación de 0,26 céntimos por kilómetro recorrido.
Además, también se ha actualizado la cuantía exenta para el uso de motos, la cual será de 0,106 euros por kilómetro, lo que supone un aumento del 35,8% respecto a los 0,078 euros que se mantenían desde hace 18 años.
Esta compensación cubre tanto el combustible como los gastos relacionados con el desgaste del vehículo y posibles averías. También se incluyen de forma proporcional el seguro y los impuestos relacionados con el vehículo.
El cambio normativo se divide en dos órdenes ministeriales, una que contempla las indemnizaciones para los empleados públicos que utilizan su propio vehículo para trabajar, y otra que recoge las exenciones para los contribuyentes en el impuesto de la renta sobre las personas físicas (IRPF) por los gastos de locomoción.
Hasta ahora, la indemnización o exención era de 0,19 euros por kilómetro, cantidad establecida en 2005.
Cada perfil profesional accederá al beneficio por dos vías. En el caso de los empleados públicos, recibirán los 0,26 euros por kilometraje después de presentar la correspondiente factura de combustible y una declaración justificativa del desplazamiento. Para los trabajadores contribuyentes de IRPF que utilicen el vehículo para trabajar, las exenciones se aplicarán permitiendo excluir de la declaración del impuesto la cantidad resultante de multiplicar 0,26 euros por los kilómetros recorridos. Para esto, deberán contar con un documento que justifique el desplazamiento, pudiendo incluir también los gastos de peaje y aparcamiento necesarios.
El Ministerio de Hacienda argumenta que esta actualización se produce debido a que la cifra llevaba sin actualizarse desde 2005 y a otros factores relacionados con el precio de las materias primas, como la invasión rusa de Ucrania, que ha provocado una escalada histórica en los precios de la energía. Actualmente, los precios de la gasolina y el gasóleo son casi el doble de lo que eran en 2005.
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