Resurgimiento de una Casa-Carbonería del Siglo XVIII: Galardonada con el Premio a la Excelencia en Arquitectura de Rehabilitación

La restauración de una casa-carbonería del siglo XVIII ha sido galardonada con el premio a la «Arquitectura Rehabilitación», reconocimiento otorgado por la demarcación de Toledo del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM). Este proyecto, no solo ha sido una labor de recuperación de un edificio con un profundo valor histórico, sino también una declaración de amor hacia la arquitectura y su capacidad para unir pasado, presente y futuro en un mismo espacio.

La casa, situada en las inmediaciones de la Iglesia de San Cipriano, un edificio originario del siglo XI que en sus principios fue una mezquita, testigo ortogonal de diferentes etapas históricas, fue adquirida por Joaquín Vargas en octubre de 2019. Vargas, quien también funge como arquitecto, constructor y autopromotor del proyecto, trabajó de la mano con un equipo multidisciplinario compuesto por Natalia Rodríguez —encargada del diseño de mobiliario—, así como por el fotógrafo Javier Longobardo, el arquitecto y pintor Javier Vellés Montoya, y un equipo de trabajo en construcción y artesanía especializado.

El proyecto de rehabilitación se basó en tres ejes principales: la restauración y conservación de los elementos con valor patrimonial, la demolición de distribuciones espaciales antiguas para generar espacios más diáfanos, y una ampliación en volumen que integrara una nueva planta. Parte del plan incluyó la readaptación del sotano para albergar un taller y un aseo, aprovechando técnicas contemporáneas para asegurar la adecuada ventilación y el control de la humedad, heredada de la roca madre de granito sobre la que se asienta el edificio.

La planta baja fue destinada a la cocina y comedor, mientras que el diseño interior contempló espacios como la antesala al sueño y un baño en la primera planta, reservando el dormitorio principal y uno de los espacios más singulares, un salón-estudio con salida a la terraza, para la segunda planta. Esta distribución no solo optimiza las vistas al valle de Toledo sino que también maximiza la funcionalidad y la luminosidad interior.

La fachada principal, considerada un elemento protegido, fue restaurada con sumo cuidado para recuperar su imagen histórica. El proceso incluyó la conservación de los elementos en buen estado y la restauración de aquellos dañados por el tiempo. Los colores elegidos para la fachada mantenían la paleta original, mientras que las reformas estructurales se realizaron con sensibilidad para equilibrar lo antiguo y lo nuevo, dejando expresiones visuales que diferencian claramente las intervenciones contemporáneas.

Uno de los aspectos más destacados del proyecto es la innovadora escalera de caracol que conecta todos los niveles de la vivienda. Esta no solo cumple una función estructural y de circulación sino que también se convierte en un elemento escultórico central que simboliza la unión del pasado con el presente de la vivienda.

Ángel Sánchez, presidente de la demarcación de Toledo del COACM, destacó durante la ceremonia de premiación la importancia de este tipo de proyectos para resaltar la profesión y la arquitectura. Por su parte, Joaquín Vargas, en su alocución, expresó su deseo de que los premios sirvan como un reconocimiento al amor por la arquitectura y cómo esta puede transformar y dar nueva vida a edificaciones con historia, como es el caso de la casa-carbonería.

La restauración de esta casa-carbonería del siglo XVIII no solo ha logrado preservar un elemento importante del patrimonio arquitectónico de la región sino que también ha propuesto una reflexión sobre cómo el diseño contemporáneo puede convivir y respetar la esencia de lo tradicional, abriendo así un diálogo entre el pasado y el futuro de la arquitectura.

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