En un movimiento estratégico para revitalizar el sector nuclear de Estados Unidos, el presidente Donald J. Trump firmó recientemente una orden ejecutiva que impulsa la producción y operación de energía nuclear. Esta iniciativa busca no solo asegurar la independencia energética del país, sino también consolidar su dominio industrial y económico en el ámbito global.
La orden ejecutiva encomienda al secretario de Energía, en colaboración con otros altos funcionarios, la tarea de desarrollar un informe que proponga una política nacional para la gestión de residuos nucleares, así como evaluar la viabilidad de la reciclaje comercial y la re-procesamiento de combustibles nucleares. Además, se prevé el desarrollo de una capacidad nacional de conversión y enriquecimiento de uranio para satisfacer las necesidades tanto civiles como de defensa.
Entre las acciones específicas que contempla la orden, se incluye el uso de la Ley de Producción de Defensa para establecer acuerdos con empresas nucleares estadounidenses sobre la compra de uranio enriquecido, y el establecimiento de consorcios de la industria nuclear que aseguren una oferta abundante de combustible nuclear nacional a lo largo de toda la cadena de suministro.
La orden también se centra en acelerar la producción de energía nuclear, asignando prioridad a la restauración y finalización de plantas nucleares. Se prevé que el Departamento de Energía facilite la ampliación de la capacidad de generación de hasta 5 GW en reactores existentes y la construcción de 10 nuevos grandes reactores para 2030. Para apoyar estas iniciativas, se priorizarán los préstamos federales para empresas con potencial inmediato de implementar tecnologías nucleares avanzadas.
A la par, se está tomando acción para aumentar las oportunidades de empleo en el sector nuclear. La formación en ingeniería nuclear y carreras relacionadas se considera un área prioritaria, y se fomentará la participación en programas de formación técnica registrados que preparen a más estadounidenses para trabajar en esta industria crítica. La colaboración entre el secretario de Trabajo y el secretario de Educación es clave para aumentar el acceso a la infraestructura de investigación y desarrollo.
Una atención particular se dirige al fortalecimiento de la cadena de suministro de combustible nuclear. Actualmente, el 95% del combustible utilizado en reactores estadounidenses proviene de fuentes extranjeras, un hecho que la administración busca cambiar a través de políticas que promuevan la minería, procesamiento y refinación de uranio y torio dentro del país. El presidente también ha tomado medidas para facilitar la producción minera de estos minerales esenciales.
Finalmente, Trump ha dejado claro que está comprometido a liberar el potencial energético de Estados Unidos, promoviendo una combinación de energía nuclear, combustibles fósiles y tecnologías emergentes. Esta ambiciosa estrategia no solo aspira a garantizar la independencia energética del país, sino también a catalizar el crecimiento económico y mejorar la posición de Estados Unidos en el paisaje geopolítico.
Con la firma de esta orden ejecutiva, la administración Trump parece decidida a revitalizar una industria nuclear que enfrenta desafíos significativos, al mismo tiempo que lanza un mensaje claro sobre la importancia de fortalecer la infraestructura energética del país en un mundo cada vez más competitivo.
Fuente: WhiteHouse.gov