Más de 30 pacientes con disfagia y cuidadores han asistido a un taller organizado por los servicios de Rehabilitación y Otorrinolaringología del Área Integrada de Guadalajara para tratar las alteraciones en la deglución o disfagia.
El taller se ha dirigido a pacientes que tienen en este momento una dieta de reeducación, es decir, una dieta con la que se pretende “recuperar, en la medida de lo posible, una dieta normalizada pero que en este momento presentan algún problema de seguridad o eficacia que obliga a adaptar su alimentación de manera que ésta resulte lo más segura posible”, ha señalado la médico del servicio de Medicina Física y Rehabilitación, Rosario Hernández Alfaro.
El taller ha sido impartido en el Hospital por profesionales médicos y de Logopedia de los citados servicios, con el objetivo de informar sobre aspectos de la disfagia tales como sus causas, fisiopatología, frecuencia, complicaciones, diagnóstico y tratamiento, con especial atención a las recomendaciones para estar correctamente nutrido e hidratado a pesar de tener restricciones en la dieta, además de advertencias sobre alimentos peligrosos y por qué lo son, o claves para facilitar la masticación e ingesta.
Por otra parte, se ha ofrecido información sobre modificaciones posturales y se ha mostrado de forma práctica el manejo de espesantes y la forma de preparar diferentes dietas texturizadas y consistencias, entre otros puntos de interés. Con todo ello se pretende que tanto pacientes como familiares, ha apuntado la doctora Hernández Alfaro, se sientan acompañados desde el primer momento y sepan “que estamos ahí para hacer un diagnóstico adecuado y una adaptación”.
El taller ha contado con profesionales implicados en la atención a la disfagia, en concreto el jefe del servicio de Otorrinolaringología, Antonio Rosell, junto a la propia Rosario Hernández Alfaro, desde Rehabilitación, y las logopedas de este servicio Inmaculada Mozo Cano, Mamen Vicente Córdoba y Noelia Sanz Lozano, y la auxiliar Amparo Hernando Manzanero.
Asimismo, durante la sesión se ha expuesto el testimonio de algunos de estos pacientes, que han expresado sus miedos y dificultades y han compartido su experiencia ante una situación inesperada y desconocida como es la disfagia, mostrando al resto de pacientes que “trabajando poco a poco y con paciencia se logran objetivos positivos”.
Éste ha sido el primero de una serie de talleres que se programarán a lo largo de este año, en los que se contará con la participación de profesionales de Endocrinología y Nutrición y personal de cocina para el abordaje de la dieta de los pacientes con disfagia.
La iniciativa se enmarca dentro de las distintas actividades dirigidas a pacientes y cuidadores que se desarrollan para facilitar la formación en cuidados y autocuidados.
Disfagia, un problema frecuente
La disfagia es la dificultad para tragar los alimentos, ya sean sólidos o líquidos o una mezcla de ambos. Es un síntoma que puede deberse a múltiples procesos y que además se produce con relativa frecuencia. Se asocia a población anciana e institucionalizada pero también se puede dar en personas más jóvenes como consecuencia de un accidente neurológico o incluso tras alguna patología oncológica. En este tipo de población, la prevalencia de la disfagia puede oscilar entre un 30 y un 60 por ciento en distintos grados de severidad.
Para algunas personas, masticar y tragar un trozo de carne o una simple patata puede ser muy dificultoso. La disfagia puede acarrear, además, graves consecuencias para la salud debido al riesgo de que parte del alimento acabe en la vía respiratoria, provocando ahogamientos o infecciones, morbilidad, ingresos hospitalarios e incluso muerte.
Por este motivo, muchos pacientes con disfagia terminan recurriendo a purés y papillas para bebés como alimento principal, lo que supone un déficit nutricional.