Las Casas Colgadas de Cuenca son un símbolo de la ciudad y la rehabilitación de uno de sus dos conjuntos constructivos, el antiguo mesón cerrado, ha sido un proyecto muy esperado por la comunidad. Tras la convocatoria de un concurso nacional en 2016, el proyecto fue ganado por el joven arquitecto Javier Redondo y la obra fue licitada por el Consorcio de Cuenca en 2017. Tres años después del final de los trabajos, se ha llegado a un consenso sobre la rehabilitación como un ejemplo destacado, ya que todas las administraciones involucradas en el Consorcio trabajaron juntas para lograr la materialización de un proyecto brillante.
La recuperación de la Casa de la Sirena y la Casa Bajada a San Pablo, conocidas como las Casas Colgadas de Cuenca, recibió el Premio COACM Emergente en la categoría de rehabilitación para arquitectos menores de 40 años. El proyecto ha sido una intervención patrimonial que refuerza la estabilidad de uno de los elementos más icónicos de Cuenca y que no sólo mantiene el uso del edificio, sino que lo lleva a un lenguaje contemporáneo.
La rehabilitación ha cambiado el concepto espacial interior, ahora vinculado al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca, para crear un restaurante y otros espacios singulares. Desde el respeto al patrimonio, también ha recuperado espacios perdidos y ha puesto en valor los balcones, reforzando y sustituyendo elementos para permitir su uso. La rehabilitación añade valor al edificio, modernizando los servicios y equipamientos, eliminando elementos añadidos en el interior y el exterior.
El estudio Redondo Soria, responsable del proyecto, ha recibido elogios constantes y el reconocimiento popular hacia el trabajo en el edificio ha sido su mayor satisfacción como profesionales. La obra demuestra que se puede incorporar un lenguaje moderno en un elemento patrimonial, sin desvirtuarlo, enriqueciéndolo y haciendo de Cuenca una ciudad mejor.
