La administración estadounidense ha tomado una decisión significativa en la lucha contra la crisis de los opioides sintéticos, introduciendo un aumento en los aranceles sobre productos provenientes de la República Popular China. Este cambio es parte de una respuesta más amplia a la preocupante afluencia de sustancias como el fentanilo desde el país asiático hacia los Estados Unidos.
El presidente, actuando bajo su autoridad constitucional y de acuerdo con varias leyes federales, ha determinado que el gobierno chino no ha hecho lo suficiente para frenar el flujo de estos opioides, que representan una amenaza extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía del país. En este contexto, el aumento de los aranceles pasa del 10 al 20 por ciento, evidenciando la gravedad de la situación.
El informe menciona que la crisis de los opioides no ha mostrado signos de mejora, a pesar de los esfuerzos realizados en anteriores órdenes ejecutivas. Estas acciones están enmarcadas en un contexto más amplio de cooperación internacional y enforcement, donde Estados Unidos busca que otros países, en especial China, se alineen con los esfuerzos para controlar este flagelo.
El documento también incluye disposiciones generales que subrayan que la orden no limita la autoridad de otros departamentos del gobierno ni crea derechos que puedan ser aplicados legalmente contra el país o sus entidades.
Esta medida, firmada el 3 de marzo de 2025, refleja la apertura de un nuevo capítulo en la política estadounidense hacia el control de drogas, particularmente en un tiempo donde la epidemia de opioides sigue siendo una de las crisis de salud más graves del país. El llamado a la acción es claro: la cooperación internacional es esencial para abordar un problema que trasciende fronteras y afecta vidas a lo largo y ancho de los Estados Unidos.
Fuente: WhiteHouse.gov