El gobierno de Estados Unidos ha anunciado un ambicioso plan para restaurar la supremacía marítima del país, con el objetivo de revitalizar la industria naval y garantizar la seguridad nacional frente a los desafíos internacionales. Este movimiento se produce en un contexto donde la capacidad de construcción naval y la fuerza laboral del país han disminuido significativamente debido a años de negligencia gubernamental. El resultado ha sido un debilitamiento de la base industrial, que ha favorecido a adversarios como China, que ahora produce aproximadamente la mitad de los barcos comerciales a nivel mundial, mientras que Estados Unidos apenas representa menos del uno por ciento de la construcción de buques comerciales globales.
El plan, que denomina «Maritime Action Plan» (MAP), implicará esfuerzos coordinados entre varias agencias gubernamentales, incluyendo Defensa, Comercio y Seguridad Nacional, entre otras, y tiene como propósito asegurar financiamiento federal constante y competitivo. Esto no solo busca reactivar la calidad y cantidad de la construcción naval, sino también potenciar la competitividad de los buques de bandera estadounidense en el comercio internacional.
Además, se detalla en el documento una evaluación exhaustiva de las opciones de inversión en la base industrial marítima, priorizando componentes críticos y la expansión de capacidades de construcción naval. El plan incluye acciones específicas para asegurar la resiliencia de la industria, así como iniciativas para aumentar la formación de marineros y la educación en este sector.
Un foco importante de esta estrategia será abordar la competencia desleal que enfrenta el sector debido a políticas de otros países, particularmente de China, donde la producción naval se lleva a cabo a una fracción del costo estadounidense. Se plantean medidas como la consideración de aranceles sobre ciertos equipos de manejo de carga fabricados con componentes de origen chino, así como la recolección más eficiente de tarifas de mantenimiento de puertos, con el fin de evitar que los transportistas eludan los costos que deberían asumir.
Otro aspecto clave del plan es el establecimiento de «Zonas de Prosperidad Marítima» que fomenten la inversión tanto nacional como de aliados en la industria marítima estadounidense. Estas zonas se modelarían sobre las oportunidades fiscales de zonas establecidas por la Ley de Cortes de Impuestos y Empleos de 2017.
El gobierno también planea modernizar la Academia Marítima de Estados Unidos y optimizar la eficiencia de los procesos de adquisición de buques para garantizar que los constructores nacionales tengan acceso al mercado y puedan planificar adecuadamente sus inversiones.
El decreto establece un marco de tiempo claro para la implementación de cada componente del plan, lo que indicará un compromiso serio por parte de la administración en la restauración de una industria clave para la seguridad y prosperidad del país. A través de este enfoque estructurado y multifacético, Estados Unidos busca no solo recuperar su capacidad de construcción naval, sino también afianzar su posición como líder en el ámbito marítimo global.
Fuente: WhiteHouse.gov