El concepto de igualdad de oportunidades, fundamental para la cohesión social en Estados Unidos, enfrenta desafíos significativos en un contexto político y legal en constante cambio. Recientemente, el presidente ha tomado medidas decisivas para reafirmar este principio, a través de una orden ejecutiva que busca restaurar la meritocracia y eliminar la responsabilidad por impacto dispar, que se considera un obstáculo para la verdadera igualdad.
Según el mandatario, esta medida responde a una creciente preocupación por la forma en que las políticas de diversidad y representación han comenzado a segregar la noción de igualdad, convirtiéndola en una herramienta de división en lugar de inclusión. Asegura que esta transformación afecta tanto a ciudadanos como a empresas, y limita las decisiones basadas en el mérito y la habilidad. La orden destaca que la igualdad de oportunidades no debe confundirse con resultados iguales para todos, enfatizando la idea de que cada individuo debe ser evaluado por sus capacidades y esfuerzo, no por su pertenencia a un grupo demográfico.
La reciente acción presidencial revoca ciertas adjudicaciones presidenciales que sustentaban la responsabilidad por impacto dispar, un enfoque legal que, según sus detractores, crea presunciones de discriminación basadas en diferencias de resultados entre grupos raciales y sexuales. Esto, señala la orden, ha llevado a las empresas a evitar contrataciones basadas en sus necesidades o en las habilidades de los candidatos, por temor a represalias legales.
En un grado más práctico, se busca despriorizar la aplicación de leyes que incluyen este tipo de responsabilidad, lo que permitirá que las agencias gubernamentales enfoquen sus esfuerzos en políticas que promuevan la verdadera igualdad ante la ley. La orden aborda la necesidad de que todos los ciudadanos sean tratados como individuos únicos y no como representantes de grupos homosexuales, raciales o de género.
Las acciones incluyen un llamado a la revisión de regulaciones existentes que podrían infringir este principio, instando al Fiscal General a trabajar en coordinación con otras agencias para asegurar que se respete la política de esta orden. La revisión contempla investigaciones y juicios en curso que utilizan teorías de responsabilidad por impacto dispar, proponiendo acciones consistentes con el nuevo enfoque.
La administración está determinada a abordar las cuestiones de desigualdad de manera que se respete la Constitución y los principios de derechos civiles. En este sentido, se busca garantizar que el futuro de los programas gubernamentales y las políticas públicas se alineen con la necesidad de asegurar oportunidades justas para todos, independientemente de características inmutables.
Este enfoque renovado y sus implicaciones no han pasado desapercibidos, generando un debate sobre el verdadero significado de la igualdad en la sociedad estadounidense. Una vez más, se hace hincapié en el sueño americano como un espacio donde el esfuerzo individual y la dedicación son los verdaderos caminos hacia el progreso y el éxito, resolviendo así la tensión entre la igualdad de oportunidades y la búsqueda de resultados equitativos.
Fuente: WhiteHouse.gov