En el vibrante barrio de San Blas, en Madrid, La Caníbal Fábrica de Cerveza se ha consolidado como un referente en el sector cervecero, gracias a su reciente reconocimiento como Mejor Proyecto Empresarial por los Premios Factoría de Cerveza. Este logro no solo resalta la excelencia en la elaboración de cervezas artesanas, sino también el sólido modelo empresarial que combina tradición y modernidad.
La Caníbal, que comenzó su andadura en Lavapiés en 2018, ha ampliado su presencia con La Fábrica en San Blas y La Grifería en Carabanchel, fortaleciendo así su compromiso con la cultura cervecera local. Hace poco más de un año, esta prometedora empresa recuperó la emblemática fábrica de cervezas MadBrewing de San Blas, transformándola en un espacio de producción de «cervezas con personalidad propia».
Este premio destaca la capacidad de La Caníbal para reinventar un negocio familiar en un entorno competitivo, lo que Luis Vida, maestro cervecero de la compañía, define como una propuesta de «cocina líquida». Vida asegura que, aunque se inspiran en estilos cerveceros internacionales, interpretan cada receta con una esencia madrileña, utilizando ingredientes locales cuando es posible.
La línea regular de su producción incluye cervezas como San Blas, Simancas y Camarillo, cada una con características únicas que honran sus raíces. San Blas es una lager rubia ligera que conjuga cereales y lúpulos alemanes y checos; Simancas es una lager oscura al estilo de Múnich con notas de chocolate y regaliz; mientras que Camarillo, una IPA americana, sorprende con matices de coco, lima y piña.
Además de estas, La Fábrica ofrece Serena, una amber ale sin alcohol y sin gluten, y varias cervezas de temporada que enriquecen su oferta. Entre ellas, Bórea, una tripel belga con pieles de fruta cítrica y Imperio, una lager oscura de sabor complejo, evocan tradiciones cerveceras de distintos rincones del mundo, como la costa Oeste de EE. UU. y los países bálticos.
Madrid se erige como el destino preferido en Europa para disfrutar de la cerveza por su relación calidad-precio, según un reporte de DFDS, y La Caníbal ejemplifica el porqué de esta distinción. Javier Vázquez, fundador del proyecto, rememora sus inicios como cervecera nómada en 2015 con su primera creación artesana, Centea, que cimentó el camino hacia la apertura del primer local en Lavapiés. Este establecimiento pronto fue reconocido internacionalmente, destacándose por sus 16 grifos de vino natural y 12 de cervezas artesanas, además de su extensa carta de más de 500 referencias.
El futuro de La Caníbal parece seguir un camino de éxitos, posicionándose como un importante pilar de la cultura cervecera en Madrid, y una inspiración para cerveceros artesanales por su habilidad para armonizar tradición y modernidad, y su pasión por reinterpretar estilos clásicos en clave madrileña. Con eventos y proyectos creativos, La Caníbal continúa expandiendo su legado, haciendo honor a su nombre y devorando cualquier frontera que se les presente en el mundo cervecero.
