Desde el comienzo del año, los consumidores españoles han comenzado a sentir el impacto del retorno del IVA de la electricidad al 21%, después de haber disfrutado de tipos reducidos durante más de tres años. Esta subida impositiva, unida al incremento del Impuesto Especial de la Electricidad al 5,11% y del Impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica al 7%, ha puesto en alerta tanto a hogares como a empresas sobre el aumento significativo en las facturas de luz. El efecto es especialmente notorio en estas fechas, cuando las condiciones climáticas pueden incrementar el consumo energético.
Para los consumidores particulares, este cambio puede traducirse en un alza de hasta el 10% en su factura mensual de electricidad. Aquellas familias consideradas vulnerables enfrentan un panorama aún más complicado, ya que las bonificaciones destinadas a aliviar su carga económica se reducirán entre enero y marzo de 2025, dejando el apoyo en cifras por debajo de los niveles de años anteriores. En términos económicos, los hogares podrían llegar a pagar hasta 100 euros más al año.
Las empresas, en particular las pertenecientes a sectores con un alto consumo de energía como la industria manufacturera, también están llamadas a hacer frente a mayores costes operativos. Esta circunstancia podría impactar en los precios al consumidor final y en la competitividad de las empresas en el mercado, además de generar incertidumbre en cuanto a futuras inversiones.
En respuesta a estos desafíos, la búsqueda de alternativas energéticas se presenta como una solución viable tanto a corto como a largo plazo. La adopción de medidas de eficiencia energética y el uso de fuentes renovables pueden no solo mitigar los costos, sino también incentivar la descarbonización, un objetivo primordial para el futuro.
Los expertos de SotySolar sugieren varias estrategias para adaptarse a este nuevo escenario. Entre ellas, modificar los hábitos de consumo, como usar electrodomésticos en modo ECO y negociar tarifas fijas con las compañías eléctricas, podría ofrecer cierta estabilidad en los costos. Además, la instalación de fuentes de energía alternativas como placas solares y sistemas de aerotermia es destacada como una opción accesible económicamente y efectiva para reducir la dependencia de las eléctricas convencionales.
Por ejemplo, una vivienda con un gasto eléctrico mensual de 150 euros podría minimizar su factura a tan solo 45 euros mensuales tras instalar paneles solares, logrando un ahorro anual de 1,260 euros. Para las empresas, apostar por energía solar no solo es una alternativa para reducir su huella de carbono y alinearse con las metas de descarbonización para 2025, sino que también les permite mejorar su imagen corporativa y acceder a incentivos y financiamiento.
La instalación de sistemas fotovoltaicos para el hogar promete reducir hasta un 70% el costo de las facturas de electricidad, garantizando un precio estable del kWh durante al menos 25 años. A medida que los impuestos continúan en aumento, optar por energía solar ofrece un alivio significativo respecto a la dependencia de las compañías de suministro.
Desde SotySolar subrayan que las subvenciones y ayudas fiscales disponibles son esenciales para facilitar este tipo de instalaciones sin que ello cause un desajuste financiero para los consumidores. Además de las ayudas autonómicas, hay bonificaciones en el IBI, ICIO y deducciones en el IRPF que pueden aprovecharse para reducir el costo inicial de las instalaciones. Una vez que los paneles solares se hayan amortizado, la electricidad durante el día será prácticamente gratuita, brindando un sólido incentivo para considerar la transición hacia energías renovables desde ya.