La alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, ha participado esta mañana en el acto de nombramiento de la fotógrafa de Puertollano Cristina García Rodero como doctora honoris causa de la Universidad de Castilla-La Mancha. En sus palabras, la primera edil trasladaba la enhorabuena a la nueva doctora en nombre de todo el pueblo de Ciudad Real por este nombramiento y valoraba cómo “en las imágenes de Cristina García Rodero el silencio suena a gritos, a música, a llanto y con cada imagen contenemos la respiración para ver cómo impactas los sentidos”.
La alcaldesa de Ciudad Real, Pilar Zamora, ha participado esta mañana en el acto de nombramiento de la fotógrafa de Puertollano Cristina García Rodero como doctora honoris causa de la Universidad de Castilla-La Mancha. En sus palabras, la primera edil trasladaba la enhorabuena a la nueva doctora en nombre de todo el pueblo de Ciudad Real por este nombramiento y valoraba cómo “en las imágenes de Cristina García Rodero el silencio suena a gritos, a música, a llanto y con cada imagen contenemos la respiración para ver cómo impactas los sentidos”.
Además, reconocía el espíritu pionero de la fotógrafa que ha demostrado a lo largo de su trayectoria profesional con la docencia o trabajando para la agencia Magnum, y ahora siendo pionera en ser la primera mujer en el claustro de doctores honoris causa de la Universidad de Castilla-La Mancha. “Vendrán muchas más, no me cabe duda. Seremos muchas más las mujeres que tomaremos las rindas de este mundo. Y con mujeres como tú, podemos estar tranquilas y orgullosas”.
Zamora mostraba su agradecimiento a la fotógrafa ya que reconocía que “hoy me voy llena de la vida de nuestra tierra, de nuestras gentes y con los horizontes más amplios para seguir creciendo y seguir avanzando”. La alcaldesa bromeaba con que hoy García Rodero no pudiera fotografiar este acto, “aunque es uno de los momentos más felices de tu vida, y estás emocionada”.
Además, valoraba la bondad de los “disparos” de la fotógrafa frente a la tristeza de los “disparos” cuando vienen de las guerras, traen la muerte y la desolación, a esas madres con los ojos casi vacíos porque duele tanto que casi no pueden ni mirar”.
Pilar Zamora reconocía de García Rodero su condición de “mujer manchega, de nuestra tierra, como nosotros, una mujer de las nuestras, lo que nos llena de satisfacción… poder sentirnos parte de un todo: de la religión de la espiritualidad, de la política de esas familias que todavía lo pasan mal”.
Por eso agradecía esa “escritura con luz” de Cristina García Rodero. “Eres luz en ese Museo en Puertollano, en nuestra tierra, en la Universidad y me vas a permitir que siga su luz, porque si se sigue su luz el camino será un camino magnífico”.