La división judicial de herencia es un procedimiento legal que se utiliza cuando no se puede llegar a un acuerdo entre los herederos y/o legatarios sobre la distribución de los bienes y derechos de una herencia. En estos casos, es necesario iniciar el correspondiente proceso judicial para resolver las discrepancias.
El despacho de abogados en Madrid, Pérez Matey & Asociados, explica que lo más aconsejable es intentar llegar a un acuerdo entre las partes y proceder a la regularización de la herencia vía notarial. Esto implica realizar una escritura de aceptación y adjudicación de herencia. Sin embargo, en ocasiones no es posible llegar a un acuerdo debido a diferencias en las adjudicaciones, el valor de los bienes o derechos, entre otros motivos.
Cuando no es posible regularizar la herencia de forma notarial, es necesario iniciar el procedimiento judicial de división judicial de herencia. Este procedimiento está regulado en los artículos 782 y siguientes de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
El artículo 782.1 establece que cualquier coheredero o legatario de parte alícuota puede solicitar judicialmente la división de la herencia, siempre y cuando no esté designado un comisario o contador partidor por el testador, por acuerdo entre los coherederos o por el Letrado de la Administración de Justicia o el Notario.
Para iniciar el procedimiento judicial, se debe presentar una demanda de división judicial de herencia, junto con el certificado de defunción del causante, el certificado de últimas voluntades, el testamento o la declaración de herederos, y un breve inventario de los bienes y deudas que conforman la herencia.
Una vez presentada la demanda, se acordará la intervención del caudal hereditario y la formación de inventario, si es necesario. La junta de herederos, legatarios y cónyuge sobreviviente se convocará y se buscará el acuerdo en el nombramiento de un contador partidor. En caso de no haber acuerdo, se realizará un sorteo para designar uno.
También se podrán designar peritos para valorar los bienes de la herencia. Una vez designado el contador partidor y los peritos, se les entregará la documentación necesaria para llevar a cabo su trabajo. El contador partidor deberá realizar las operaciones divisorias en un plazo de dos meses y presentar un escrito con la relación de bienes, su valoración y la liquidación y adjudicación de la herencia.
En caso de no haber objeciones al cuaderno particional, se aprobará mediante un decreto y se protocolizará ante un notario. Si algún interesado se opone, se celebrará una vista y el tribunal dictará sentencia.
Este proceso es complejo, costoso y puede tener una duración prolongada, por lo que siempre se recomienda intentar llegar a un acuerdo. Sin embargo, si esto no es posible, es esencial contar con el asesoramiento adecuado por parte de expertos en la materia para proteger los derechos e intereses de todas las partes involucradas.
En conclusión, la división judicial de herencia es un procedimiento legal que se utiliza cuando no se puede llegar a un acuerdo entre los herederos y/o legatarios sobre la distribución de una herencia. Es recomendable intentar llegar a un acuerdo, pero en caso de no ser posible, es necesario iniciar el procedimiento judicial correspondiente con el asesoramiento de expertos en la materia.