En un encuentro informativo promovido por el medio regional encastillalamancha.es, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su satisfacción por el resultado de las elecciones en el País Vasco, donde la coalición Bildu no ha logrado alzarse con la victoria a pesar de igualar en escaños con el Partido Nacionalista Vasco (PNV). García-Page ha calificado como «bastante duro» el hecho de que Bildu haya incrementado su representación, teniendo en cuenta su pasado vinculado con la organización terrorista ETA, a la que ha descrito como «esclava de la violencia».
El dirigente castellanomanchego ha aplaudido el desempeño del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE), que según él, aportará estabilidad a la región gracias a la labor de su candidato, Eneko Andueza. García-Page ha resaltado la campaña de Andueza como «valiente», enfatizando su disposición a distanciarse explícitamente de Bildu, y ha sugerido que esta postura ha contribuido significativamente al resultado electoral, que «podrá traducirse en estabilidad».
Mirando hacia Cataluña, el presidente de Castilla-La Mancha ha manifestado su deseo de que esta comunidad autónoma también alcance una situación estable, previsible y segura, lejos de los «precipicios» a los que, a su juicio, quieren llevarla los sectores independentistas más radicales. García-Page ha enfatizado la necesidad de sentido común en la política catalana, tanto en términos de sensatez como en lo que respecta a la búsqueda de intereses comunes.
Con estas declaraciones, García-Page parece anhelar un escenario político estable tanto en el País Vasco como en Cataluña, y resaltar el papel de los socialistas en la construcción de este escenario en la región vasca. Su análisis del panorama político actual refleja su visión de cómo deberían encaminarse las políticas regionales hacia el futuro.
