El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha expresado su «vergüenza» por el estado del río Tajo a su paso por Toledo, ante la alarmante disminución del caudal que ha pasado de 30 m³/s a 13 m³/s este martes. Durante la firma de los nuevos estatutos de la Asociación Interprofesional Vinos de Valdepeñas, García-Page no dudó en criticar la situación y asegurar que si no se cumplen las cinco sentencias del Tribunal Supremo que buscan garantizar los caudales ecológicos del Tajo, se verán obligados a emprender acciones judiciales.
El presidente regional lamentó que varias personas deberían sentir vergüenza por esta imagen del Tajo y mencionó a aquellos que critican sus posiciones acerca del trasvase, afirmando que no se trata de falta de conocimiento en la gestión del agua. Del mismo modo, García-Page expresó su preocupación por los «incomprensibles retrasos» de la Administración del Estado en la aprobación de nuevas reglas de explotación del trasvase Tajo-Segura, reclamando su urgencia y cuestionando la falta de transparencia, ya que la normativa no ha sido publicada y ha llegado a filtrarse.
A pesar de reconocer la disposición del Ministerio, el presidente regional evidenció su frustración ante la falta de acción, sugiriendo que algo extraño está sucediendo para que una situación tan evidente como la actual no haya sido resuelta. García-Page advirtió que, si la situación persiste, su gobierno podría plantear acciones judiciales para defender no solo los derechos de Castilla-La Mancha, sino también el cumplimiento de las sentencias que los reconocen.
Por último, el presidente celebró la ampliación de la capacidad de desalación en el Levante, con un incremento de 25 hectómetros cúbicos, enfatizando la necesidad de buscar alternativas para la gestión del agua. García-Page concluyó subrayando que la cuestión del agua trasciende los intereses políticos y debe ser abordada con decisión y claridad.