El Ayuntamiento tiene en marcha una propuesta denominada ‘Jóvenes en movimiento’. Una iniciativa de charlas-café donde los principales protagonistas contarán sus experiencias profesionales para orientar a los que aún dudan sobre cómo orientar su futuro laboral y estudios.
El primero de los encuentros planteados por la Concejalía de Juventud con carácter mensual, busca reconocer y poner en valor el talento y la cultura del esfuerzo con recompensa de jóvenes de la localidad, se llevo adelante fechas atrás.
La posibilidad de formar parte de cuerpos y fuerzas de seguridad públicos, como son la Policía Local o la Guardia Civil, fue el primero de los temas abordados, con cuatro agentes rabaneros que llevan adelante sus tareas en distintas localidades.
Así fue el caso de Diego Pérez y David Ramírez, que respectivamente ejercen como policías locales en Almagro y Aldea del Rey, así como el teniente del instituto armado Antonio Ruiz destinado en la compañía de Mora con despacho en Sonseca (ambas en Toledo) o el agente también benemérito Miguel Ángel Soriano, en Hinojosas de Calatrava.
Todos ellos fueron presentados por la también joven periodista, Beatriz Triguero, en la cita que tuvo lugar en el establecimiento Patio de Don Quijote y en la que también dijo presente el concejal Sergio Gijón, así como asistentes más interesados en conocer de primera mano las experiencias.
La fórmula de la oposición, con todo lo que significa en preparación para poder superarla, fue el argumento principal que se manejó, desentrañando dudas acerca de lo que supone prepararlas y las oportunidades a trabajo estable que habilitan.
Un buen currículo de estudiante versus qué futuro elegir
Antonio Ruiz, el más joven de los comparecientes con 25 años, ya ejerce como teniente de la Guardia Civil, desde el verano de 2020, cuando empezó como tal en la cacereña Plasencia. En la actualidad, está destinado en tierras toledanas.
Estudiante aplicado, pese a tener buenas calificaciones, como tantos otros en su condición al empezar el Bachillerato no tenía muy claro a qué se dedicaría. “No tenía claro por dónde encauzar mi vida” y aunque sus padres le hablaban de esta posibilidad, en la Benemérita, “no quería saber mucho de este tema”.
Fue hablando con un subteniente de la Guardia Civil destinado en Puertollano como pudo conocer todas las posibilidades que se le abrían en la Academia de Oficiales, con las diferentes especialidades que ofrece el cuerpo y tipos de trabajo que se pueden encontrar cuando “me decidí a probar y encantado. La mejor decisión que pude tomar”.
De esta forma, luego de superar Selectividad, con nota, se presentó a la oposición para la Academia de Oficiales, que incluye pruebas físicas, de nivel de inglés, reconocimiento médico y aptitudes psicotécnicas. Con el baremo resultando, “por suerte cogí plaza para la Guardia Civil”, aunque se dan otras opciones militares, refiere Antonio.
Después pasó dos años en la Academia Militar de Zaragoza, compaginando maniobras con el estudio de un grado en Ingeniería de la Seguridad. Una vez superado, se fue a Aranjuez a su Academia de Oficiales de la Guardia Civil, donde pasó de tres años haciendo ya vida en el cuerpo, con uniformes, nuevas actividades y prácticas y un máster sobre seguridad. Y de ahí, a seleccionar un destino.
“Echando la vista atrás, los caminos que ha descubierto con esta decisión no los podría haber descubierto de ninguna otra manera”, señala este joven teniente. “Uno de los momentos más importantes en la vida de un adolescente es decidir dónde quiere invertir su futuro y a lo que se quiere dedicar”, apostilla.
Sostiene que recuerda sus “muchas inseguridades y muchos miedos porque no sabía qué iba a ser de mí en los años siguientes, ni siquiera sabía qué elegir y cuando me abracé a esta posibilidad ya lo empecé a ver todo mucho más claro. Por eso, estas charlas pueden provocar que alguien vea estas luces y elegir un camino adecuado para él”, concede.
La alternativa válida frente a títulos académicos que no convencen
Miguel Ángel Soriano, con 26 años, se tituló en un grado superior de Química Industrial que no le terminaba de convencer. “No era mi opción de futuro porque no me veía yo trabajando de operador y como me gustaba el tema de la seguridad pues empecé a mirar las funciones de los distintos cuerpos y me decanté por la Guardia Civil”.
Las funciones y servicios del cuerpo, incluso cierto aprecio personal pese a no tener antecedentes familiares ni en éste ni otros ámbitos militares, le hicieron en cualquier caso apostar por esta salida. Por eso, “sin pensarlo, estudiar a tope” fue su dedicación durante año y medio, concurriendo al procedimiento de selección en dos convocatorias.
La primera vez que se presentó lo hizo más bien como una toma de contacto para pujar ya del todo en la segunda. De todas formas, Miguel Ángel considera que “hincando bien los codos y si no cometes ningún fallo, se puede sacar a la primera” y recuerda que “al final, una oposición es intentarlo una y otra vez”.
Desde su punto de vista, toda oposición supone un proceso de aprendizaje en torno a qué errores se han podido ir cometiendo en las veces previas. “Qué te falta, qué te sobra y vas puliendo pequeños detalles que al final te hacen sacar la plaza que, si además es algo vocacional, te genera una satisfacción enorme”, admite.
En su caso se formó en la Academia de Cabos y Guardias de la Guardia Civil en Baeza (Jaén) superando nueve meses de formación “que son muy bonitos, sobre todo si te gusta la instrucción militar que, para mí, ha sido increíble la experiencia que he tenido”. Incluso también por las amistades tan estrechas que se llegan a fraguar.
Por eso, para él todo el proceso ha sido toda una experiencia vital en su integridad, algo que se esmeró en trasladar durante la charla-café, en una oportunidad de motivación que valora “como muy buena, porque hay chicos que luego dudan sobre qué estudiar y si algo les gusta, nosotros les podemos explicar las posibilidades de cada cuerpo”.
El caso contrario, tener referencias pero dar el paso sin convencimiento
David Ramírez, que ejerce desde agosto de 2020, habiendo aprobado su particular oposición a finales del año anterior, en un principio nunca se lo había plantado, aunque en su caso sí tiene un referente familiar como policía local en Ciudad Real. Éste, desde su buen ánimo y mejor experiencia, siempre había intentado que también potase.
“Pero yo lo veía muy difícil y no quería estar estudiando tanto porque es una inversión de tiempo que puede salir bien o puede salir mal”, reconoce. El giro le vino porque, pese a sus dos grados superiores, sólo podía hacerlos valer saliendo lejos, a ciudades como Madrid, por ejemplo, donde probar a encontrar el trabajo acorde.
“Me di cuenta de que, si querías encontrar algo, había que salir fuera porque aquí no había nada”. A eso se unión el inicio de una relación sentimental estable y, valorando todo en conjunto, “me interesaba quedarme cerca de mi pueblo”, reconoce, probó finalmente suerte.
David contó que estudiar se le da bien, pero todavía veía difícil la superación de la oposición. De todas formas, poco a poco se fue convenciendo a sí mismo para adentrarse en un ámbito “que nunca has visto, con mucha legislación, pero con el trabajo diario y con el tiempo cada vez te vas viendo mejor y al final te motivas para seguir adelante y llega el día en que quieres ser policía y vas a ser policía”.
Al igual que sus compañeros de charla-café, él también ve “muy útil” que se puedan compartir todas estas experiencias tan personales. Sobre todo, añade, “para gente que ha terminado el Bachillerato y no sabe qué hacer. Una carrera universitaria puede ser una inversión de muchos años, más que una oposición que, si te la preparas bien, en dos años está lista y ya tienes trabajo de por vida. Es una opción muy a considerar”, asegura.
Posibilidad siempre abierta de optar a otros destinos
A los 28 años y con plaza fija, el también Policía Local Diego Pérez, se está preparando para una nueva oposición. Esta vez es por movilidad, buscando conseguir su traslado a Ciudad Real capital. Una vez dentro de la Administración correspondiente, la movilidad siempre es una opción. Solamente se requiere preparación.
Este otro rabanero tenía mayor interés por la Policía Nacional, cuyas funciones y cometidos le gustan más. Pero por cuestiones de estabilidad se decantó por el otro cuerpo, en el cual se siente también muy satisfecho y con más opciones de lograr siempre un nuevo destino.
Terminado el grado superior, Diego tampoco se quería ir de la zona. Por eso, como no había trabajo de aquello en lo que se había formado, se decantó por la salida de hacer la oposición de policía local. En su caso, le dedicó tres años de estudio y ahora rememora alegremente dicha decisión.
“Ya sabemos cómo están hoy en día los trabajos, que al final estás de un lado para otro y este tipo de trabajo en el que estoy tiene de bueno que te da estabilidad y que sabes que lo tienes ahí para toda la vida”, valora. “Eso fue algo que a mí me hizo pensar durante un tiempo, hasta que decidí por fin empezar a prepararme la oposición”, añade.
El primer año fue, como apuntaban otros compañeros de ‘Jóvenes en movimiento’, de toma de contacto con el temario y los tecnicismos que se emplean. “Fue luego cuando ya empecé a estudiar cinco horas diarias de media, durante el último año”, apostando el todo por el todo.
Y también reconoce esos momentos de incertidumbre cuando “ves que estás preparado y te presentas y suspendes. Lo haces otra vez y suspendes y llegas a pesar que tal vez no vayas a aprobar nunca”. Una carga psicológica ante la que hay que mantenerse fuerte “porque poco a poco, sigues y sigues y al final lo consigues”.
Satisfacción entre los jóvenes oyentes por saber de estos entresijos
Entre los jóvenes oyentes que se acercaron, Jesús María Soriano felicitó a los gestores municipales por la oportunidad, en primera instancia, de “poner en valor a gente joven de Argamasilla de Calatrava. Es algo importante porque hay muchos jóvenes en el pueblo que está haciendo las cosas muy bien y que alcanzan los objetivos que se proponen”.
En relación a la temática inaugural, la de optar a los cuerpos y fuerzas de seguridad, lo ve muy interesante por cuanto “hay chavales jóvenes que están en duda de opositar o no y, por eso, que policías y guardias civiles de primera mano nos cuenten su experiencia y se pongan en una situación más cercana a la gente joven, es positivo altamente”.
El propio Jesús María tiene conocidos en esa situación de dar o no el paso, sobre todo “porque no tienen el conocimiento necesario como para saber cómo es el proceso de oposición”, y que en este caso incluye temas teóricos y pruebas físicas que “requiere una preparación bastante grande, incluso de años”. Por eso valoraba mucho la experiencia que paisanos suyos han tenido a bien compartir.