La cadena de gasolineras low-cost, Fast Fuel, se encuentra en plena expansión nacional mediante un sistema de franquicias. En un dato curioso y resaltante, el 25% de sus franquiciados proviene del sector odontológico. Este interés de los odontólogos en el modelo de Fast Fuel se debe, principalmente, a la rentabilidad elevada, cercana al 18%, y a la facilidad de gestión que permite compaginar su práctica profesional con la gestión de una gasolinera, además del respaldo integral proporcionado por la central de franquicias de la compañía.
Fast Fuel cuenta actualmente con una red de 16 estaciones de servicio operativas. Estas estaciones se distinguen por su avanzado sistema de gestión, que emplea tecnologías de repostaje y telemática de última generación, lo cual reduce considerablemente los costos operativos. Esta eficiencia se traduce en precios de combustibles un 12% más bajos que los de las gasolineras tradicionales. La marca ha logrado comercializar combustible de alta calidad a precios competitivos, con una reducción promedio de 12 céntimos por litro en comparación con sus competidores.
Otro aspecto destacado de Fast Fuel es la automatización casi total de sus servicios, lo cual permite que las estaciones operen sin necesidad de personal durante 24 horas al día. Un sistema telemático de repostaje asistido por personal remoto asegura un proceso fácil y seguro para el usuario. Además, su compromiso con el medio ambiente se manifiesta en la implementación de puntos de recarga eléctrica y alianzas con proveedores de combustible que cumplen con altos estándares de eficiencia y sustentabilidad.
El plan de expansión de Fast Fuel contempla la apertura de 20 nuevas estaciones de servicio en los próximos dos años, consolidando así su modelo de negocio en la Península Ibérica. Las gasolineras de Fast Fuel varían desde pequeñas estaciones de 200 m², que requieren una inversión inferior a los 250,000 euros, hasta grandes estaciones con capacidad para despachar 20,000 litros diarios, que incluyen servicios de autolavado, tienda y vending. La inversión promedio para estas estaciones es de alrededor de 300,000 euros, con una facturación anual media de 1.5 millones de euros.
Originado en 2014, el sistema de repostaje de Fast Fuel surgió como respuesta a la liberalización del sector de hidrocarburos, convirtiéndose en un formato de negocio altamente rentable. Su modelo innovador no solo se centra en precios competitivos, sino también en ofrecer una imagen atractiva y una operativa altamente automatizada y optimizada.
Fast Fuel también ha desarrollado una aplicación que permite a los usuarios almacenar todas sus tarjetas Fast Fuel en el móvil, descargar facturas y tener un control total de los gastos en combustible, lo cual es especialmente beneficioso para la gestión de flotas corporativas. Esta aplicación representa un compromiso de la marca con la tecnología y la innovación, brindando a sus clientes herramientas para supervisar y optimizar su consumo de combustible, así como disfrutar de ventajas de fidelización. Con estos sólidos cimientos, Fast Fuel se posiciona como un actor innovador y competitivo en el mercado de las gasolineras low-cost.