Numerosos estudios vinculan el déficit de Vitamina D con el desarrollo de patologías óseas y extraóseas

Cerca de 300 profesionales sanitarios se reunieron en Madrid en la cuarta edición del ARC en Vitamina D, organizado por Luzán 5 y avalado por la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM) y patrocinado por Grupo Italfarmaco. El evento, dirigido a médicos de diferentes especialidades, fue inaugurado por la Organización Médica colegial (OMC) y se retransmitió en directo a Barcelona, Cáceres, Oviedo, Sevilla, Valencia y Zaragoza. El ARC cuenta con un comité científico que tiene por objeto realizar una revisión de las comunicaciones presentadas en los últimos congresos nacionales e internacionales.

El Dr. Manuel Sosa Henríquez, coordinador del evento y catedrático de Medicina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, destaca que los temas que han generado mayor discusión han sido «los efectos extraóseos de la vitamina D, la necesidad o no de monitorizar sus niveles y las diferencias entre los distintos metabolitos disponibles para el tratamiento». La vitamina D posee acciones antiinflamatorias y anticancerígenas, mejorando el pronóstico y la clínica de algunas patologías.

Aunque aún se discute a partir de qué niveles de vitamina D es necesario iniciar un tratamiento, las principales guías de recomendación consideran que 30 ng/ml es el nivel óptimo que debe alcanzarse. Según el Dr. Gonzalo Allo Miguel, del servicio de endocrinología y nutrición del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid: «Un reciente estudio español ha demostrado que la suplementación con 2.000 UI de colecalciferol junto con calcio en una población mayoritariamente osteoporótica ha demostrado alcanzar niveles de 25(OH)D por encima de 30 ng/ml y mantenerlos en aquellos pacientes que ya los tenían, todo ello sin alterar ni la calcemia ni la fosfatemia».

A pesar de las horas de luz solar que tiene España, en el país se siguen registrando numerosos casos de deficiencia e insuficiencia de vitamina D en la población general. Este déficit es más acusado en el adulto mayor y se asocia cada vez más con problemas clínicos diversos.

El Dr. Francisco José Tarazona Santabalbina del servicio de geriatría del Hospital Universitario de la Ribera en Alzira, Valencia, indica que «recientes estudios ratifican el vínculo entre déficit de vitamina D y presencia de fragilidad ósea, mayor incidencia de infecciones hospitalarias en caso de fractura de cadera e incluso mayor incidencia de fibrilación auricular y mortalidad en pacientes con insuficiencia cardiaca previa».

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