El exsecretario general de UGT en Castilla-La Mancha, Luisma Monforte, ha compartido sus reflexiones sobre su dimisión al frente del sindicato en una reciente entrevista en Radio Castilla-La Mancha, que ha sido recogida por Europa Press. Monforte ha explicado que uno de los principales motivos que le llevaron a dar un paso al lado fue la necesidad de realizar «muchos reajustes» y gestionar lo que él define como una «economía de guerra», una situación que no fue bien comprendida por todos los miembros de la organización.
A lo largo de la entrevista, Monforte destacó que UGT es una confederación compuesta por diversas federaciones, de las cuales tres son las más preponderantes en la acción sindical. Sin embargo, la falta de equilibrio y entendimiento entre estas federaciones dificultó la gestión diaria del sindicato. Monforte señaló que existen «intereses diferentes» entre ellas, lo que llegó a generar tensiones que se hicieron insostenibles.
Tras una evaluación inicial positiva de la gestión del sindicato en enero, donde se convocó un comité para reconocer el trabajo realizado, las tensiones se intensificaron y en abril su equipo se vio obligado a dimitir. Monforte indicó que no hubo un único motivo que provocara su salida, sino una serie de factores acumulativos que lo llevaron a tomar la «difícil» decisión de dimitir en busca de un nuevo liderazgo que pudiera mejorar la situación.
Desde su dimisión, ha notado que pocas personas se han puesto en contacto con él, aunque reconoció que «sí ha llamado la gente que tenía que llamar». Además, expresó su preocupación por la debilidad que, en su opinión, ha sufrido el sindicato al colocar una gestora y apuntó que la nueva dirección liderada por Lola Alcónez no ha realizado cambios significativos en las pautas que él implementó durante su mandato. Monforte concluyó que la dirección actual parece seguir una línea continuista, sugiriendo que tal vez se ha llegado a la conclusión de que su gestión no fue tan negativa.
