El gobierno de Estados Unidos ha emitido una nueva enmienda relacionada con los aranceles recíprocos y los derechos aplicados a importaciones de bajo valor provenientes de la República Popular de China. Esta decisión se enmarca en un contexto de creciente tensión comercial entre ambas naciones y tiene como objetivo responder a la reciente imposición de tarifas por parte de China sobre productos estadounidenses.
El presidente, utilizando la autoridad conferida por varias leyes estatales, como la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional y la Ley de Emergencias Nacionales, ha declarado que la nación enfrenta una emergencia nacional debido a déficits comerciales persistentes. En un decreto anterior, se habían establecido aranceles adicionales para abordar esta situación, que ya afecta la economía y la seguridad nacional de Estados Unidos.
La reciente acción de Pekín, que anunció un arancel del 34% sobre los productos provenientes de Estados Unidos, ha llevado a una rápida respuesta por parte de la administración estadounidense. Ahora, el arancel recíproco se incrementará significativamente, pasando del 34% al 84% para las importaciones chinas, lo que refleja una escalada en esta lucha comercial.
Se han introducido modificaciones en el Sistema Armonizado de Tarifas de Estados Unidos, que afectarán a las mercancías que se introduzcan en el país a partir del 9 de abril de 2025. Este ajuste en las tarifas busca garantizar que los cambios sean efectivos y que no se produzca un eludir las nuevas regulaciones.
Además, se ha notado un aumento en las tarifas de de minimis, una categoría que permite el ingreso de ciertas mercancías por debajo de un umbral de valor sin el pago de aranceles. El nuevo decreto establece que, a partir del 2 de mayo de 2025, el límite de exención se incrementará de 25 a 75 dólares y posteriormente a 150 dólares. Estos cambios están diseñados para reforzar el control sobre las importaciones y prevenir la evasión de aranceles a través de envíos pequeños.
Para implementar estas medidas, se ha conferido a varios secretarios de gabinete la responsabilidad de coordinar acciones y regulaciones necesarias, enfatizando la urgencia de modificar políticas comerciales en respuesta a la agresión tarifaria de China.
La administración actual está claramente determinada a tomar medidas enérgicas contra las prácticas comerciales que considera desleales, utilizando herramientas legales y económicas para proteger la industria nacional. La escalada en los aranceles es una parte crítica de esta estrategia, buscando equilibrar las relaciones comerciales y asegurar la integridad del mercado estadounidense ante la creciente competencia global. Sin embargo, los efectos a largo plazo de estas decisiones aún están por verse, y el equilibrio delicado entre protección comercial y la libre circulación de bienes podría estar bajo presión.
Fuente: WhiteHouse.gov