Mientras las comunidades judías de todo Estados Unidos se preparan para celebrar Rosh Hashanah, el mensaje del Presidente resuena con calidez y significado. Este año, la festividad marca no solo el inicio de un nuevo año en el calendario hebreo, sino también un período profundo de oración y reflexión espiritual.
Rosh Hashanah es el punto de partida de los Diez Días de Arrepentimiento, un lapso sagrado que culmina en Yom Kipur, el día de la expiación, que se considera el más sagrado en la fe judía. En este contexto, el presidente hizo un llamado a la renovación espiritual y la comunidad, subrayando la importancia de la libertad religiosa y la lucha contra la persecución basada en la fe, un mensaje especialmente relevante en tiempos marcados por el resurgimiento del antisemitismo.
Este año, el Presidente se comprometió a construir un futuro de paz y a reconocer la dignidad de cada ser humano, un recordatorio significativo de que cada vida tiene un valor intrínseco. En un mundo que a menudo parece dividido, estas palabras invitan a una reflexión más profunda y a un esfuerzo renovado por la unidad y la solidaridad.
Al finalizar su mensaje, el Presidente transmitió sus mejores deseos y oraciones para que esta temporada de reflexión sea realmente enriquecedora para todos aquellos que la celebren. En un momento en que la vida puede sentirse abrumadora, este llamado a la renovación espiritual se presenta como una oportunidad para detenernos, reflexionar y encontrar la paz interior.
Así, mientras las velas se encienden y las familias se reúnen para compartir las tradiciones de Rosh Hashanah, estas palabras resuenan como un eco de esperanza y un faro de comunidad. Que este nuevo año sea un tiempo de bendiciones y transformaciones, vientos frescos que soplen hacia un futuro más iluminado y solidario.
Fuente: WhiteHouse.gov
